Antes de nada quiero resaltar la ayuda prestada para instaurar una muy necesitada conciencia social que han ofrecido los reallity shows caninos para enfrentar los problemas de conducta que pueden presentar nuestros perros. Resulta innegable el hecho de que ha habido un antes y un después en una gran parte de la sociedad que convive o no con animales desde que se emiten estos programas televisivos. Ahora se sabe que realmente los problemas de conducta que manifiestan los perros tienen solución con unas pautas adecuadas y con un esfuerzo por parte de los dueños. Por este lado el beneficio obtenido en el mundo canino ha sido cuantioso, sobre todo para evitar abandonos o malos entendidos en las relaciones humano/caninas. Pero… no todo lo obtenido es positivo tras la visualización de estos programas, también han generado diversos problemas a los cuales deberíamos de prestar especial interés.
En este artículo voy a intentar plasmar algunos de los muchos de estos problemas:
PROFESIONAL vs PROPIETARIO DE PERRO:
Los presentadores de estos programas son profesionales de la conducta canina, el que visualicemos estas técnicas no nos convierte en profesionales como ellos. De hecho, a veces éstos, desde mi humilde punto de vista, se confunden a la hora de aplicar técnicas por el afán de hacer el programa más comercial. No olvidemos que son programas televisivos con el único objetivo de atraer espectadores para lucrarse con la inserción de anuncios de terceras empresas durante las pausas publicitarias o con el patrocinio del programa en concreto. Este concepto considero que ha de quedar claro para entender la sobreactuación que transmiten dichos presentadores a la hora de enfrentar los casos que se les ofrecen.
El otro día estaba sentado en el sofá de mi casa visualizando uno de esos programas. Siempre sucede igual con cada uno de los capítulos que emiten, hay una exageración intencionada, desde mi punto de vista creado para la atracción de masas, sobre los problemas que presentan los perros. Muchos de los casos que nos quieren “vender” no son tan fuertes como nos los muestran pero… reconozco que a ojos de un espectador común puede resultar de lo más complicado y, por otro lado, sorprendentes cuando nos muestran al finalizar el programa carteles del tipo “Tiempo transcurrido 15 minutos” o con la forma que tienen de hacer posturas corporales plantándose frente a los perros como soldados en posición de “firmes” o imitando las “garras de los perros” haciendo posturas de ataque e intimidación alegando que son los mordiscos del perro… yo me quedo blanco cada vez que lo veo puesto que en la práctica no es así. Aún así el objetivo de la emisión se alcanza: se engrandece al presentador y se sorprende al espectador.
Lo cierto y verdad de todos estos casos es que no se resuelven durante el rodaje del Reallity. Por muy profesionales que sean los presentadores o lo muchísimo que puedan saber sobre conducta canina ellos saben los primeros que el problema no concluye con la finalización del capítulo. Para resolver cualquier problema de conducta que muestren nuestros perros hacen falta horas de trabajo por parte de los dueños de estos. Es necesario establecer unas pautas PERSONALIZADAS PARA CADA INDIVIDUO ya que cada perro es único con únicas formulas de éxito. Al igual que nosotros los humanos no nos valen las mismas técnicas a todos. Por ello es imprescindible que asumamos que lo que visualizamos en la televisión no necesariamente va a funcionarnos con un problema similar que podamos tener. Necesitamos quizá una valoración más adecuada para realmente acertar con la diagnosis de la problemática y acertar con la terapia a seguir adaptándola a nuestro perro en concreto.
Resulta imprescindible para ayudar a nuestros amigos ver que el uso de técnicas inapropiadas para intentar resolver dificultades puede resultar contraproducente para el bienestar de nuestros amigos. Podemos, por intentar hacer un bien con toda la buena intención del mundo, crearle más problemas, el que ya experimentaba antes más el que le estamos sometiendo con una terapia incorrecta.
Dadme un buen cámara y un buen montador y haré de lo vulgar lo extraordinario, convirtiendo en un propietario de perro en una estrella de la educación canina.
TÉCNICAS INHUMANAS:
En el mundo de la educación canina profesional se ha criticado enérgicamente muchas de las técnicas aplicadas por estos presentadores. Sin ir más lejos, la semana pasada me encontraba viendo uno de estos programas en el que literalmente estaban sometiendo a una tortura psicológica y física al perro. Para ayudar a este lo único que estaban haciendo es asociar respuestas como ladridos o la muestra de un interés excesivo con el dolor producido por un collar de descargas o, casi peor aún, con un cordino de ahorque.
Lamentablemente una técnica muy popular entre los dueños de perros es la de subir el collar de éste hasta la base del cráneo para obtener control durante el paseo. Intentaré explicar el porqué de este control.
La técnica de “subir el collar” se basa en colocar este en la base del cráneo, evidentemente tiene que ser un collar de “adiestramiento”, corredizo, de ahorque o, peor aún, un cordino fino que se usa para exposición, de lo contrario, si no se usa con este tipo de herramientas resulta una técnica inefectiva. El motivo de colocar esos collares en esa posición en concreto es el de interrumpir el flujo de sangre a la cabeza de nuestro amigo, eso no te lo van a decir en la tele puesto que… no queda muy bien. Si usamos esta técnica en un perro que tira de la correa lo primero que hará es, evidentemente, continuar tirando de esta puesto que nadie le dice en lenguaje canino lo contrario. Segundos después el cerebro de nuestro amigo no recibirá el flujo de sangre necesario para el correcto funcionamiento de este provocando un levísimo desfallecer que hará que pierda fuerza de tirada. Al perder fuerza nuestro perro volverá a la posición correcta, al lado del dueño, pero… segundos después estará completamente recuperado y, como nadie le dice lo contrario, seguirá tirando de la correa repitiéndose el ejercicio una vez más. Tras 20 o 30 ensayos nuestro perro asociará el tirar de la correa como algo nocivo y… ¡magia! Dejará de tirar de la correa.
Por un lado he de decir que esta técnica es del todo cruel por usar en beneficio del aprendizaje el desfallecer del animal generado por el corte del correcto flujo sanguíneo, por otro lado considero nefasto todo aprendizaje que sea generado por un instrumento a modo de autoaprendizaje (el perro se da cuenta por si solo de que tirar de la correa genera… mareos) y no por una correcta comprensión y comunicación.
Analizando el caso concreto de “un perro que tira de la correa” y la aplicación de dicha técnica vemos lo siguiente:
- El perro tiene un problema completamente diferente al síntoma de tirar de la correa, pudiendo ser: Hiperactividad aprendida, falta de socialización, sobre estimulación, carencia de estructura social comprensible…
-Al no haber una sana comunicación el perro aprende a no tirar de la correa por su propio sentimiento de malestar cuando lo hace, no se afianzan los vínculos sociales entre educador/educado tras la superación conjunta de retos y no se da solución al verdadero problema únicamente otorgando una solución al síntoma que le resulta molesto al propietario. Es muy injusto.
-El perro continuará igual de frustrado o más por no poder manifestar dicha frustración con la herramienta que le aliviaba, tirar de la correa. Sé que no está bien que tire de la correa pero… hasta que esté rehabilitado es su única forma de expresar que no está bien. Si le cortamos ese modo de expresión encontrará otra forma más tarde o más temprano y… puede que no nos guste la alternativa que elija.
MALOS CONSEJOS:
Una batería de malos consejos como el uso indebido del collar o técnicas MUY DIFÍCILES DE APLICAR INCLUSO PARA UN EXPERTO como la técnica de “roll over” (la de acostar al perro en el suelo hasta que se calme) pueden llevarnos al aumento del problema o a crear una “toxicidad”, concretamente en la técnica de “Roll Over”, de esa señal de calma creando un contracondicionamiento de libro, haciendo que una postura que debe emanar calma, emane frustración. He visto a muchos propietarios aplicar esta técnica como una forma de represión y de control por la fuerza. Esto no es así. Nosotros, los humanos, somos los únicos animales de la faz de la tierra que pretendemos transmitir calma con frustración o agresividad descontrolada. Siempre digo lo mismo… si consigues callar a una persona por la fuerza no crearás en esta un cambio de opinión, crearás un estado de represión que puede acabar por volverse en contra del represor en forma de rebeldía. En los perros funciona de igual forma. Los que acaban haciendo lo que tú no haces pueden terminar por dar más problemas de los que en un principio manifestaban. Todo esto por culpa de una mala forma de comunicarnos con ellos y reprimirlos en lugar de ayudarlos con sus dificultades.
En el capítulo que he mencionado antes, el presentador lo único que le enseñó es a voltear a su perro para, supuestamente, calmarlo; no le explicó nada productivo, no intentó que el propietario empatizase con su perro para entender el porqué de su conducta y, finalmente, no ayudó al perro transmitiéndole la calma que necesitaba, únicamente corto la forma que tenía el animal de manifestar su frustración, punto.
Durante la grabación del programa, evidentemente, han de haber momentos donde se aprecie una mejora. Para lograr esto lo que le hicieron a nuestro amigo, un perro que manifiesta una fuerte falta de socialización expresada con agresividad directa y claramente ofensiva, es presentarle a unos quince perros en lo que se llama “pasillo de estímulos”. El resultado fue más que evidente. El presentador no paraba de pegarle tirones de correa, puesto que el escenario planteado superaba con creces el nivel de aceptación del paciente, creando en éste un estado de lucha y una posterior represión por la inefectividad de dicha lucha. ¿Qué aprendió? Nada, únicamente evitó el contacto visual con los sujetos que le presentaron por haber asociado el mirarles con un tirón de correa o un enfrentamiento directo con el “educador”. Pero eso sí, en la tele salió todo como si de magia se tratase, realzando la actitud de evitación como si de una maravilla se tratase y el estado de represión generado por el enfrentamiento directo del presentador como una muestra de respeto del perro. Todo feliz, con música chula y cartelito de tiempo transcurrido.
En ese mismo programa salió que, después de la terapia, el perro tratado casi mata al perro del vecino haciendo que tuviera que volver el presentador para seguir… ¿ayudándolo?
REFLEXIÓN FINAL:
Desde mi punto de vista creo que hemos de intentar quedarnos con el mensaje de que los perros pueden ser rehabilitados; ése es el mensaje más puro y productivo que nos pueden hacer llegar. De ninguna manera hemos de intentar aplicar esas técnicas con nuestros perros puesto que podemos crearle mayores y más fuertes problemas si no controlamos lo que estamos haciendo. Animo a todo el mundo que se sienta atraído por esos programas televisivos a aprender más sobre la conducta canina en centros de formación, charlas de profesionales, libros especializados y demás. Nunca hemos de intentar experimentar técnicas que afectan al bienestar de nuestros perros para ver si funcionan o no, y digo más, aún funcionando esas técnicas puede que no sea algo bueno. ¿Funciona porque deja de ladrar?, ¿Funciona porque no tira de la correa? Puede que tengamos un perro mas frustrado buscando una vía de escape que puede desencadenar en peleas con otros perros o agresiones a nosotros mismos.
Quiero hacer hincapié en lo comentado en líneas anteriores:
“considero nefasto todo aprendizaje que sea generado por un instrumento a modo de autoaprendizaje y no por una correcta comprensión y comunicación”
Observa bien al perro, comprende lo que le sucede. Te está pidiendo ayuda al manifestar conductas que nos resultan molestas o inapropiadas. No tienen boca, no saben hablar, su única forma de expresión es el nerviosismo, los ladridos, el destrozo de objetos, las micciones en casa… Te está pidiendo ayuda, sé que es molesta la forma en que la pide, pero es la única forma que tiene, no sabe hacerlo de otra manera. No reprimamos a los perros obligándoles a aceptar un mundo tan incomprensible a sus ojos.
Escúchales, te lo están diciendo con lo que vemos como problemas.
Intenta comprenderles, piensa como ellos.
Comunícate, transmite lo que realmente quieres expresar y escucha realmente lo que están transmitiendo.
Ayúdales, conviértete en su ejemplo a seguir.
TODO ESTO Y MUCHO MÁS EN:
Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana CV-ACC70)
Tera-Can (Pascual Educación Canina en Alicante). Conoce más sobre el maravilloso mundo canino. Resuelve problemas de conducta y malos hábitos de tu perro simplemente usando sana y natural comunicación canina. Educación Canina y Adiestramiento Canino Alicante.