Pascual Educación y Adiestramiento Canino en Alicante

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domingo, 27 de octubre de 2013

Programas televisivos de conducta canina

Antes de nada quiero resaltar la ayuda prestada para instaurar una muy necesitada conciencia social que han ofrecido los reallity shows caninos para enfrentar los problemas de conducta que pueden presentar nuestros perros. Resulta innegable el hecho de que ha habido un antes y un después en una gran parte de la sociedad que convive o no con animales desde que se emiten estos programas televisivos. Ahora se sabe que realmente los problemas de conducta que manifiestan los perros tienen solución con unas pautas adecuadas y con un esfuerzo por parte de los dueños. Por este lado el beneficio obtenido en el mundo canino ha sido cuantioso, sobre todo para evitar abandonos o malos entendidos en las relaciones humano/caninas. Pero… no todo lo obtenido es positivo tras la visualización de estos programas, también han generado diversos problemas a los cuales deberíamos de prestar especial interés.

En este artículo voy a intentar plasmar algunos de los muchos de estos problemas:


PROFESIONAL vs PROPIETARIO DE PERRO:


Los presentadores de estos programas son profesionales de la conducta canina, el que visualicemos estas técnicas no nos convierte en profesionales como ellos. De hecho, a veces éstos, desde mi humilde punto de vista, se confunden a la hora de aplicar técnicas por el afán de hacer el programa más comercial. No olvidemos que son programas televisivos con el único objetivo de atraer espectadores para lucrarse con la inserción de anuncios de terceras empresas durante las pausas publicitarias o con el patrocinio del programa en concreto. Este concepto considero que ha de quedar claro para entender la sobreactuación que transmiten dichos presentadores a la hora de enfrentar los casos que se les ofrecen.

El otro día estaba sentado en el sofá de mi casa visualizando uno de esos programas. Siempre sucede igual con cada uno de los capítulos que emiten, hay una exageración intencionada, desde mi punto de vista creado para la atracción de masas, sobre los problemas que presentan los perros. Muchos de los casos que nos quieren “vender” no son tan fuertes como nos los muestran pero… reconozco que a ojos de un espectador común puede resultar de lo más complicado y, por otro lado, sorprendentes cuando nos muestran al finalizar el programa carteles del tipo “Tiempo transcurrido 15 minutos” o con la forma que tienen de hacer posturas corporales plantándose frente a los perros como soldados en posición de “firmes” o imitando las “garras de los perros” haciendo posturas de ataque e intimidación alegando que son los mordiscos del perro… yo me quedo blanco cada vez que lo veo puesto que en la práctica no es así. Aún así el objetivo de la emisión se alcanza: se engrandece al presentador y se sorprende al espectador.

Lo cierto y verdad de todos estos casos es que no se resuelven durante el rodaje del Reallity. Por muy profesionales que sean los presentadores o lo muchísimo que puedan saber sobre conducta canina ellos saben los primeros que el problema no concluye con la finalización del capítulo. Para resolver cualquier problema de conducta que muestren nuestros perros hacen falta horas de trabajo por parte de los dueños de estos. Es necesario establecer unas pautas PERSONALIZADAS PARA CADA INDIVIDUO ya que cada perro es único con únicas formulas de éxito. Al igual que nosotros los humanos no nos valen las mismas técnicas a todos. Por ello es imprescindible que asumamos que lo que visualizamos en la televisión no necesariamente va a funcionarnos con un problema similar que podamos tener. Necesitamos quizá una valoración más adecuada para realmente acertar con la diagnosis de la problemática y acertar con la terapia a seguir adaptándola a nuestro perro en concreto.

Resulta imprescindible para ayudar a nuestros amigos ver que el uso de técnicas inapropiadas para intentar resolver dificultades puede resultar contraproducente para el bienestar de nuestros amigos. Podemos, por intentar hacer un bien con toda la buena intención del mundo, crearle más problemas, el que ya experimentaba antes más el que le estamos sometiendo con una terapia incorrecta.

Dadme un buen cámara y un buen montador y haré de lo vulgar lo extraordinario, convirtiendo en un propietario de perro en una estrella de la educación canina.


TÉCNICAS INHUMANAS:


En el mundo de la educación canina profesional se ha criticado enérgicamente muchas de las técnicas aplicadas por estos presentadores. Sin ir más lejos, la semana pasada me encontraba viendo uno de estos programas en el que literalmente estaban sometiendo a una tortura psicológica y física al perro. Para ayudar a este lo único que estaban haciendo es asociar respuestas como ladridos o la muestra de un interés excesivo con el dolor producido por un collar de descargas o, casi peor aún, con un cordino de ahorque.

Lamentablemente una técnica muy popular entre los dueños de perros es la de subir el collar de éste hasta la base del cráneo para obtener control durante el paseo. Intentaré explicar el porqué de este control.

La técnica de “subir el collar” se basa en colocar este en la base del cráneo, evidentemente tiene que ser un collar de “adiestramiento”, corredizo, de ahorque o, peor aún, un cordino fino que se usa para exposición, de lo contrario, si no se usa con este tipo de herramientas resulta una técnica inefectiva. El motivo de colocar esos collares en esa posición en concreto es el de interrumpir el flujo de sangre a la cabeza de nuestro amigo, eso no te lo van a decir en la tele puesto que… no queda muy bien. Si usamos esta técnica en un perro que tira de la correa lo primero que hará es, evidentemente, continuar tirando de esta puesto que nadie le dice en lenguaje canino lo contrario. Segundos después el cerebro de nuestro amigo no recibirá el flujo de sangre necesario para el correcto funcionamiento de este provocando un levísimo desfallecer que hará que pierda fuerza de tirada. Al perder fuerza nuestro perro volverá a la posición correcta, al lado del dueño, pero… segundos después estará completamente recuperado y, como nadie le dice lo contrario, seguirá tirando de la correa repitiéndose el ejercicio una vez más. Tras 20 o 30 ensayos nuestro perro asociará el tirar de la correa como algo nocivo y… ¡magia! Dejará de tirar de la correa.

Por un lado he de decir que esta técnica es del todo cruel por usar en beneficio del aprendizaje el desfallecer del animal generado por el corte del correcto flujo sanguíneo, por otro lado considero nefasto todo aprendizaje que sea generado por un instrumento a modo de autoaprendizaje (el perro se da cuenta por si solo de que tirar de la correa genera… mareos) y no por una correcta comprensión y comunicación.

Analizando el caso concreto de “un perro que tira de la correa” y la aplicación de dicha técnica vemos lo siguiente:

- El perro tiene un problema completamente diferente al síntoma de tirar de la correa, pudiendo ser: Hiperactividad aprendida, falta de socialización, sobre estimulación, carencia de estructura social comprensible…

-Al no haber una sana comunicación el perro aprende a no tirar de la correa por su propio sentimiento de malestar cuando lo hace, no se afianzan los vínculos sociales entre educador/educado tras la superación conjunta de retos y no se da solución al verdadero problema únicamente otorgando una solución al síntoma que le resulta molesto al propietario. Es muy injusto.

-El perro continuará igual de frustrado o más por no poder manifestar dicha frustración con la herramienta que le aliviaba, tirar de la correa. Sé que no está bien que tire de la correa pero… hasta que esté rehabilitado es su única forma de expresar que no está bien. Si le cortamos ese modo de expresión encontrará otra forma más tarde o más temprano y… puede que no nos guste la alternativa que elija.


MALOS CONSEJOS:


Una batería de malos consejos como el uso indebido del collar o técnicas MUY DIFÍCILES DE APLICAR INCLUSO PARA UN EXPERTO como la técnica de “roll over” (la de acostar al perro en el suelo hasta que se calme) pueden llevarnos al aumento del problema o a crear una “toxicidad”, concretamente en la técnica de “Roll Over”, de esa señal de calma creando un contracondicionamiento de libro, haciendo que una postura que debe emanar calma, emane frustración. He visto a muchos propietarios aplicar esta técnica como una forma de represión y de control por la fuerza. Esto no es así. Nosotros, los humanos, somos los únicos animales de la faz de la tierra que pretendemos transmitir calma con frustración o agresividad descontrolada. Siempre digo lo mismo… si consigues callar a una persona por la fuerza no crearás en esta un cambio de opinión, crearás un estado de represión que puede acabar por volverse en contra del represor en forma de rebeldía. En los perros funciona de igual forma. Los que acaban haciendo lo que tú no haces pueden terminar por dar más problemas de los que en un principio manifestaban. Todo esto por culpa de una mala forma de comunicarnos con ellos y reprimirlos en lugar de ayudarlos con sus dificultades.

En el capítulo que he mencionado antes, el presentador lo único que le enseñó es a voltear a su perro para, supuestamente, calmarlo; no le explicó nada productivo, no intentó que el propietario empatizase con su perro para entender el porqué de su conducta y, finalmente, no ayudó al perro transmitiéndole la calma que necesitaba, únicamente corto la forma que tenía el animal de manifestar su frustración, punto.

Durante la grabación del programa, evidentemente, han de haber momentos donde se aprecie una mejora. Para lograr esto lo que le hicieron a nuestro amigo, un perro que manifiesta una fuerte falta de socialización expresada con agresividad directa y claramente ofensiva, es presentarle a unos quince perros en lo que se llama “pasillo de estímulos”. El resultado fue más que evidente. El presentador no paraba de pegarle tirones de correa, puesto que el escenario planteado superaba con creces el nivel de aceptación del paciente, creando en éste un estado de lucha y una posterior represión por la inefectividad de dicha lucha. ¿Qué aprendió? Nada, únicamente evitó el contacto visual con los sujetos que le presentaron por haber asociado el mirarles con un tirón de correa o un enfrentamiento directo con el “educador”. Pero eso sí, en la tele salió todo como si de magia se tratase, realzando la actitud de evitación como si de una maravilla se tratase y el estado de represión generado por el enfrentamiento directo del presentador como una muestra de respeto del perro. Todo feliz, con música chula y cartelito de tiempo transcurrido.

En ese mismo programa salió que, después de la terapia, el perro tratado casi mata al perro del vecino haciendo que tuviera que volver el presentador para seguir… ¿ayudándolo?


REFLEXIÓN FINAL:


Desde mi punto de vista creo que hemos de intentar quedarnos con el mensaje de que los perros pueden ser rehabilitados; ése es el mensaje más puro y productivo que nos pueden hacer llegar. De ninguna manera hemos de intentar aplicar esas técnicas con nuestros perros puesto que podemos crearle mayores y más fuertes problemas si no controlamos lo que estamos haciendo. Animo a todo el mundo que se sienta atraído por esos programas televisivos a aprender más sobre la conducta canina en centros de formación, charlas de profesionales, libros especializados y demás. Nunca hemos de intentar experimentar técnicas que afectan al bienestar de nuestros perros para ver si funcionan o no, y digo más, aún funcionando esas técnicas puede que no sea algo bueno. ¿Funciona porque deja de ladrar?, ¿Funciona porque no tira de la correa? Puede que tengamos un perro mas frustrado buscando una vía de escape que puede desencadenar en peleas con otros perros o agresiones a nosotros mismos.

Quiero hacer hincapié en lo comentado en líneas anteriores:

“considero nefasto todo aprendizaje que sea generado por un instrumento a modo de autoaprendizaje y no por una correcta comprensión y comunicación”

Observa bien al perro, comprende lo que le sucede. Te está pidiendo ayuda al manifestar conductas que nos resultan molestas o inapropiadas. No tienen boca, no saben hablar, su única forma de expresión es el nerviosismo, los ladridos, el destrozo de objetos, las micciones en casa… Te está pidiendo ayuda, sé que es molesta la forma en que la pide, pero es la única forma que tiene, no sabe hacerlo de otra manera. No reprimamos a los perros obligándoles a aceptar un mundo tan incomprensible a sus ojos.


Escúchales, te lo están diciendo con lo que vemos como problemas.

Intenta comprenderles, piensa como ellos.

Comunícate, transmite lo que realmente quieres expresar y escucha realmente lo que están transmitiendo.

Ayúdales, conviértete en su ejemplo a seguir.





TODO ESTO Y MUCHO MÁS EN:





Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana CV-ACC70)
Tera-Can (Pascual Educación Canina en Alicante). Conoce más sobre el maravilloso mundo canino. Resuelve problemas de conducta y malos hábitos de tu perro simplemente usando sana y natural comunicación canina. Educación Canina y Adiestramiento Canino Alicante.




jueves, 24 de octubre de 2013



Este vídeo muestra como TODOS los perros pueden ser rehabilitados usando una forma de comunicación adecuada. Se puede volver a confiar en ellos y ellos en nosotros.



TODO ESTO Y MUCHO MÁS EN:


Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana con nuúmero CV-ACC-70)
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Educación y Adiestramiento canino en Alicante.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Humanizar a los Perros

Humanizar a los perros:

He pensado en escribir sobre este tema para intentar hacer ver lo mucho que nos solemos confundir a la hora de buscarle una lógica a determinados comportamientos que observamos de los perros. Siempre digo que –Si tienes que buscar una respuesta compleja o enrevesada para dar sentido a algo que hace tu perro, es que te estás confundiendo-. Los perros son más simples que nosotros y, por este motivo, sus porqués son mucho menos complejos que los nuestros.


La eterna búsqueda:

Desde que el hombre tiene pleno estado de consciencia ha intentado dar sentido a todo lo que le rodeaba. Esto es debido a que, al igual que sucede con los perros, cuanto más control del entorno tenemos, más sensación de seguridad nos inundará. Por ello le damos lógica a la vida, a la muerte, al universo, a lo inexplicable. A la muerte y lo inmaterial les hemos dado lógicas que han evolucionado con nosotros. Primero como primitivas adoraciones al Sol más tarde con complejas estructuras sociales de dioses del Olimpo y finalmente con las diversas religiones que están actualmente vigentes en cada sociedad.

La eterna búsqueda de respuestas…

Este “don de la curiosidad” que le ha sido otorgado al hombre es el principal motivo de nuestra humanización de los perros. La búsqueda de lógicas complejas para dar sentido a “algo”.

El error radica en nuestras herramientas para dar una lógica a un comportamiento canino. Muchos de los propietarios de perros desconocen los entresijos de la etología y el comportamiento canino. No por esto se va a desactivar nuestro “don de la curiosidad”, continúa latente. Lo que sucede es que nuestra mente se confunde al buscar en la biblioteca de las experiencias vividas. En dicho biblioteca accedemos a la leja de comportamientos sociales y allí únicamente encontramos libros de experiencias con niños, padres, madres, desconocidos, bebés… todos ellos humanos. Nuestra mente agarra un poco de aquí y otro poco de allá y crea unos “apuntes sobre comportamiento canino”. Dichos apuntes están corrompidos, no son fieles a la verdad puesto que sus bases… ¡son humanas!

En los apuntes habrían respuestas a comportamientos como:

                -Pelea entre dos perros que viven en el mismo hogar = CELOS
                -Orina al llegar a casa =VENGANZA
                -Un perro que le quita un juguete a otro = ENVIDIA
                -Ladridos a otros perros = NO LE GUSTAN LOS PERROS
                -Y un eterno etc.                            

Los celos, la envidia, la venganza… son lógicas extremadamente complejas para la mente del perro. Resulta necesario tener una mente como la nuestra, con capacidad de pensamiento abstracto, para poder desarrollar esas lógicas.

Los perros viven el ahora en su estado más puro. Poseen márgenes de microsegundos dónde saltan de un pensamiento a otro (sobre todo si está en el paseo con miles de estímulos que le llaman la atención). Es por este motivo por el cual no podemos creer que ha actuado como venganza. La venganza requiere una mente que tenga plena consciencia de que existe un presente, un pasado y un futuro. Si los perros supieran que hay un mañana posiblemente sabrían que hay una muerte y, si supieran de esta… posiblemente tendrían dioses a los que adorarían, vestirían ropa y pagarían hipotecas.

No diciendo todo esto quiero expresar que los perros son simples máquinas condicionadas que actúan por estímulo/respuesta o acto/consecuencia, no. Ni mucho menos. Los perros tienen su propia visión del mundo y, en su mundo solamente existe el aquí y el ahora. Este ahora se forja en base a la etología canina, una parte instintiva e innata y la otra en base a la forma de vida que desarrolle adquiriendo comportamientos adquiridos o aprendidos según el tipo de estímulo que experimente.

Para explicar esto con más claridad voy a poner el ejemplo de un perro que tiene miedo a los coches por haber sido atropellado dos años atrás. Este perro no vive pensando en aquella situación que le aconteció en el pasado. No teme por la vuelta de ese coche buscando venganza. Nosotros, los humanos, sí que pensaríamos de esa forma y, aún estando lejos de los coches, recordaríamos el momento creando en nuestra mente ultra compleja una especie de proyección de cine en donde reviviríamos a la perfección el momento traumático. Por la contra, el perro, evidentemente tendrá miedo al ver el coche, pero su lógica resultaría diferente a la nuestra. En su mente se procesaría como coche/dolor (El coche sería un Estímulo Condicionado que le provocaría desagrado), su mente buscaría recursos para enfrentarse a esta encrucijada y no encontraría respuesta puesto que no posee ni habilidades ni experiencias suficientes para enfrentarse a la situación. Quedaría así a merced de respuestas innatas e instintivas, manifestándose en forma de;  huida, bloqueo o agresividad defensiva.

Si este perro saliera de una zona de coches y entrase en un bosque, pronto dejaría de tener miedo y, si viviera toda su vida en dicho bosque, no volvería a sentir ese miedo. Nosotros en cambio sí.


Otra forma en la que le damos connotaciones humanizadas es, por ejemplo, a la hora de salir de casa para dar el paseo. Decimos que el perro sabe que nos vamos a la calle puesto que se pone nervioso cuando cogemos la correa. Evidentemente sabe que hay calle pero… ¿Sabe que nos vamos a la calle como pensamiento futuro? La respuesta sería que no. En este caso tendría una serie de procesos encadenados y experimentados con anterioridad. El proceso sería tal que así; Correa – Puerta – Ascensor – Puerta de la calle – Paseo. Siendo el “paseo” lo que le produce un enorme placer, simplemente, va a ir creando asociaciones diversas siempre con el paseo (placer) como condicionante. Con lo cual y tras múltiples condicionamientos nuestro amigo llegaría al aprendizaje de “correa es igual a calle, calle es igual a placer y excitación, así que, visto esto, correa es igual a placer y excitación”. No hay pensamientos de futuro.

Mi madre es otra víctima de la humanización. Ella intenta por todos los medios darle lógica a muchos de los comportamientos de mi perra Leya cuando estamos de visita en su casa. Mi madre asegura que, cuando Leya quiere salir a la calle o quiere un premio de comida, solamente tiene que decir un –Luego Leya, luego- y esta inmediatamente lo comprende y se calma para esperar a que le den lo que pide que, fácilmente, puede ser en el espacio de una hora. Esto implicaría que Leya posee percepción de que existe un futuro y se esperaría entreteniéndose con otros quehaceres hasta recibir lo que anhela.

Muy lejos de la lógica que mi madre ha otorgado a dicho comportamiento está la forma de pensar que tengo yo. Mi madre ha seguido un patrón de comportamiento muy sistemático, siempre igual. Ella lo que ha creado es el equivalente a cuando yo le digo a mi perra –Leya, no-. Le ha dado un significado canino de negación a la palabra “luego” puesto que siempre se ha mantenido un patrón idéntico. Tras la palabra “luego” NUNCA recibe lo que pide, se le niega. Leya lo único que hace es cesar su petición y ponerse a hacer otras cosas. No sabe que después se lo va a ofrecer, entre otros motivos porque Leya no sabe castellano. Mi madre ha hecho un excelente trabajo para asociar una palabra a la negación de una petición, ¡mi madre es un hacha! Aunque continúa pensando que es porque sabe que después le dará ese paseo o ese premio de comida. Contra las madres no se puede luchar. Aún así y, rompiendo una lanza a favor de mi madre, lo ha hecho genial puesto que SIEMPRE actúa de la misma forma y ha creado un entendimiento entre las partes humano-caninas. El siempre y el nunca de una forma de actuar es importantísimo.

Esto debería plasmar una idea base sobre el porqué del que se diga que no se puede reñir a nuestros perros por acciones que han acontecido en el pasado. A menudo me dice la gente que sus perros saben que han hecho mal puesto que estos adquieren una posición lastimosa cuando los dueños llegan a casa. Eso me da mucho que pensar. Eso es debido a que el perro desconfía de los dueños puesto que muchas veces al entrar le han reñido sin motivo y es por esto que adquieren una posición de lástima para calmar a los agresores, los dueños.

Más complejo que esto sería la lógica que muchos propietarios me dicen de una variable de este mismo caso. Estos afirman que sus perros únicamente adquieren esta postura cuando realmente hay un “pis” en casa y lo hacen porque saben que está mal hacho. Bien, si fuera un niño de cinco años sería un razonamiento completamente lógico pero recordemos que nuestro protagonista, es un perro. En este caso, lo que ha sucedido es que el perro ha asociado esta secuencia “olor a pis/dueños/castigo”. En ningún caso si le riñes sabrá que es por haber hecho pis hace dos horas en el pasillo. Le estarás diciendo “olor a pis/dueño/castigo”. De esta forma no podrás enseñar de forma correcta a tu perro donde hacer pis, pero… lamentablemente conozco casos de perros que han cesado su conducta con este método, también se llevan un efecto secundario por usar este método, estos perros desconfían de sus dueños por verle inestables emocionalmente e ilógicos en su forma de actuar. No está bien e incluso puede acarrear problemas de conducta en el futuro.

Como parte final he de preguntar ¿Qué buscáis de vuestros perros?

Busquéis lo que busquéis debemos de respetar a la especie canina. Intentar simplificar nuestra mente superior y ver el aquí y el ahora. No piensan como nosotros, no valoran lo que nosotros valoramos. No por darle todo aquello que a nosotros nos gusta significa que ellos quieran eso. No por privarle de trabajar vamos a hacerle feliz, no por llevarlo en brazos siempre va a estar más cómodo. No les gusta que les vistan con disfraces, ¡no! Les gusta el campo, el barro, correr detrás de pelotas u otros perros, jugar a la lucha, saltar, brincar… no les gusta disfrazarse de Batman, eso nos gusta a nosotros. Una vez me preguntaron -¿Puedo disfrazar a mi perro?- a lo que contesté –¡Claro que sí!, él te va a hacer ese favor para que sonrías un rato y pases un momento divertido. Puedes hacerlo siempre y cuando se lo devuelvas con un largo paseo por el campo o por la playa. Él te da, dale tú también- No vamos a ser extremistas pero, lo que si que pediría es que les devolváis todo aquello que os dan manteniendo un equilibrado tira y afloja entre lo que necesitamos nosotros y lo que necesitan ellos. No desestabilicemos su mente para equilibrar la nuestra.


Los perros, perros son. Y de esa forma son PERFECTOS. No nos aferremos en humanizar a los perros e intentemos emperrarnos un poco más nosotros. Personalmente creo que tenemos mucho que aprender y disfrutar de su forma de pensar. A mí, personalmente, me ha traído equilibrio en mi vida y me evade esporádicamente de la compleja sociedad human propiciándome así descanso y bienestar mental. Son lo mejor que me ha pasado en la vida, la mejor terapia antiestrés, los mejores compañeros, lo más grande... por ese motivo voy a respetar su forma de ver el mundo adaptándome yo a ellos y aprendiendo a ver que... emperrándome, soy mejor humano



TODO ESTO Y MUCHO MÁS EN:




Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana CV-ACC70) 
Tera-Can (Pascual Educación Canina en Alicante). Conoce más sobre el maravilloso mundo canino. Resuelve problemas de conducta y malos hábitos de tu perro simplemente usando sana y natural comunicación canina. Educación Canina y Adiestramiento Canino Alicante. 




martes, 15 de octubre de 2013

¿Por qué educar al perro?

¿Qué es la educación?

La educación es una constante que se desarrolla desde el nacimiento hasta la muerte de nuestros perros. Comienzan a establecerse rutinas y normas sociales desde la temprana fase de lactancia de los cachorros recién nacidos gracias al fortísimo papel de la madre. Se afianza con las normas de juego entre hermanos de camada. Se ponen en práctica dichas normas de juego entre cachorros con el grupo social de los adultos. Y por último se experimentan las millones de variables de dichas normas durante el resto de la vida del animal.

Muchas veces me sorprende ver como personas esperan a que sus mascotas tengan más de seis meses para comenzar a educar a sus perros. Esta era una idea del adiestramiento “tradicional” que ha quedado manifiestamente obsoleto. La lógica en que se aferraban para establecer esa edad era que, antes de dicha edad, aún no estaba lo suficientemente maduro para comenzar ningún adiestramiento. Algo parecido a no ingresar nosotros, los humanos, en el colegio ni en el instituto por no ser lo suficientemente maduros. Ingresaríamos directamente en la universidad viviendo hasta entonces sin ningún tipo de pauta educativa por parte de nuestros padres.

También cabe destacar que el tipo de adiestramiento que se impartía era el de la “obediencia” (Claramente para concursos de obediencia, no para la vida real), la “defensa civil”, o adiestramientos de perros de trabajo. Todo lo que se impartía en las “academias de formación caninas” era enfocado a hacer que el perro obedezca:

Me tira de la correa… necesita más obediencia.
Salta encima de la gente… eso es porque no te respeta.
Ladra… Te está exigiendo atención.
Ha mordido a otro perro… ya ha probado la sangre, ese perro no es de fiar y deberías sacrificarlo.

No abarcaban posibilidades cómo el estrés, la desesperanza, la incomprensión del entorno, la ansiedad, el miedo, las fobias, la sobreexcitación aprendida, la falta de herramientas y habilidades por parte de los dueños para poder comprender los mensajes  que sus mascotas les transmiten, y un larguísimo etc.

Me centro en esto para intentar desmontar uno de los mitos impuestos a la sociedad sobre la educación de los perros. Antes se afirmaba que no se podía comenzar con la educación de un perro hasta los seis o más meses de edad puesto que lo que se le iba a enseñar era MUY DURO. Se le premiaría por el trabajo bien hecho pero se le castigaría si lo hace mal. Y, casi en la totalidad de las veces, el castigo sería físico y doloso. Por este motivo no tenía cabida antes de los seis meses, puesto que romperían la autoestima del cachorro o, en algunos casos, le propiciarían daños físicos graves. El perro no entraría al colegio, ni al instituto, ni a la universidad. Entraría en una academia paramilitar de la noche a la mañana.


¿Cuándo comenzar?


Como se ha comentado en líneas anteriores, desde que nace. Pero ese papel se lo hemos de dejar a la madre y a los hermanos. Nosotros simplemente hemos de estar cerca para que se acostumbre a la presencia humana y nos vea como parte de la familia/manada. Es importantísimo no romper el curso natural del aprendizaje tanto de improntas como de primeras asociaciones educativas sociales. Es fundamental que le dejemos finalizar esta fase de la socialización junto a su familia/manada biológica. Nos evitará muchos problemas de comportamiento en el futuro y le evitará al cachorro ser víctima de la incomprensión de las normas sociales caninas, pudiendo crear peleas por ser víctimas de dicha incomprensión.

Llegados a este punto me gustaría resaltar que lo que viene a continuación es uno de los motivos por los cuales estoy completamente en contra de la venta de cachorros en grandes almacenes, tiendas de barrio o personas que se hacen llamar criadores buscando un par de pagas extras al año por ser propietarios de perros con “pedigrí”.

Cuando pasamos por el escaparate de la tienda de mascotas del centro comercial vemos un cachorro, una vida. Expuesto cual teléfono móvil, solo, este cachorro se encuentra casi todo el tiempo llorando y rascando desesperadamente el cristal. Nos está transmitiendo una lástima generada por el marketing de venta. Vender por la pena y crear la transmisión empática del -¡llévame a casa contigo!, ¡Estoy triste, sácame de aquí!- Claras técnicas de venta. Lo triste de todo esto es que ese perro debería estar con su madre y con sus hermanos aprendiendo normas sociales, debería estar en lo que, desde nuestra percepción, sería el colegio canino. Ese cachorro no está aprendiendo todo aquello que le va a facilitar la vida el día de mañana. Por el contrario he de decir que nunca se detiene el aprendizaje. Esté el perro jugando con sus hermanos o en una jaula de cristal con periódicos empapadores, siempre está aprendiendo. La diferencia es que nuestro pequeño protagonista lo que está aprendiendo es a vivir rodeado de estrés, a descargar su frustración por la incomprensión del entorno destrozando papeles de periódico o tirando el bebedero de metal. Está aprendiendo a controlar de forma autónoma el estrés y la frustración y… está aprendiendo conductas nocivas que se verán, sin lugar a dudas, reflejadas en edad adulta. Muchísimas veces nos llevamos a un cachorro psicológicamente afectado. Con suerte moldearemos su conducta para que se corrija pero lamentablemente y en la mayoría de los casos, no será así.

Estoy más que curado en espanto de ver perros adultos que un día estuvieron de moda con gravísimos problemas conductuales. Estos son algunos ejemplos:


Carlinos - También llamados perros de la era “Men in Black”. Muchos manifiestan hiperactividad aprendida como herramienta anti-estrés frente por la incomprensión del entorno.

Akitas – También conocidos como “Él de la película de Hachiko, siempre a tú lado”. Muchos presentan agresividad defensiva como herramienta para combatir el temor a lo incomprensible. También desarrollan muchos de ellos conductas agresivas para ganar control del hogar como medio de autoprotección. Ellos piensan que si gobiernan la casa puede que se sientan más seguros frente a lo que hay fuera, lo incomprensible.

Bulldog Francés – El perro de moda con cara humana (redonda en lugar de alargada). Estos poseen muchos problemas de conducta relacionados con hiperactividad a parte de decenas de dificultades morfológicas por el empeño en acortarles el hocico de los “criadores”.

Shar Pei – Fue un gran perro de moda por su llamativa piel tan peculiar. Muchos han desarrollado conductas agresivas como herramienta para enfrentarse a, una vez más, lo incomprensible.

Yorkshire – Perro víctima de su atractivo físico y su apariencia de juguete. No hay más que ver el nombre de las “versiones” más pequeñas “Yorkshire Toy” (Yorkshire Juguete, en castellano). Yo diría que prácticamente el 90% de esta raza desarrolla conductas relacionadas con la hiperactividad cada vez que algo se sale de su “normalidad”.

Bichón Maltés – Una víctimas más de la belleza física. También desarrolla conductas relacionadas con la hiperactividad cuando algo se sale de sus patrones establecidos como normales.

Como podéis observar en estos y de más ejemplos de perros de moda que podáis pensar, todos ellos poseen en común el desarrollo de conductas relacionadas con la hiperactividad. La hiperactividad como conducta es una respuesta ante algo que se les acontece para lo cual no poseen el control. Crea en el perro un estado altamente emocional que desemboca en agresividades defensivas, ladridos descontrolados, trastornos obsesivos compulsivos, miedos, fobias…

Es bien conocido el hecho de que muchos de los perros pequeños, preciosos y de raza no responden bien cuando ven a otro perro acercarse. Les ladran, se protegen en sus dueños… posiblemente estuvieron en los colegios de cristal de esos grandes almacenes de los que hablábamos. Todos estos perros aprendieron a reaccionar frente a lo desconocido con lo único que podían hacer; ponerse nerviosos, destrozar, correr o dar vueltas en una jaula de poco más de su tamaño  pero de un precioso cristal con una llamativa estrella verde con un número en el centro. Este número es el motivo de dicha crueldad, 300€, 200€ o la superoferta del més 150€. Una vez más y, deseoso de plasmar conciencia… ¡No compres, Adopta!

Volviendo al tema que nos atañe. La educación del perro pasa a ser nuestra responsabilidad desde el momento en que este se separa de la madre y termina el aprendizaje con sus hermanos (Más o menos a partir de los tres meses de edad). Es en este momento cuando nuestra figura pasará a tener un papel importante y esto quiere decir que pasamos a tener responsabilidades.


Nuestras responsabilidades sociales:


                Caninas:

                -Tenemos la responsabilidad de presentarle de forma correcta a más perros. Aconsejaría que fueran perros conocidos y equilibrados para que no tengamos incidentes. Hemos de presentarle perros diariamente para que comience a desarrollar las variables de comportamiento social de las que hablábamos anteriormente.

                Humanas:

                -También debemos presentarle personas. Ha de ver la calle y la forma de vida social humana para que se acostumbre a nuestros ajetreos y normas sociales tan incomprensibles a sus ojos. Debe acostumbrarse a nuestras expresiones corporales y a nuestros diferentes tonos de voz.

                Establecimiento de normas:

                -Esta parte es esencial también. Aquí viene la confusión de mucha gente. Normas no es reñir, normas no es gritar, normas no es pelear o discutir. Normas es una serie de comportamientos que se aceptan y otros que no. Pongamos el ejemplo de un cachorro al que no le está permitido subir al sofá. Al cachorro no se le puede gritar, no se le pueden pegar palmadas correctivas (ni al cachorro ni al adulto), no se le puede intimidar, no se le puede rechazar socialmente... Con el cachorro debemos de, simplemente, ser más listos que él. Si se sube al sofá le diremos simplemente un –No- (lenguaje que nos ayudará en el futuro). Debemos de procurar no explicar las cosas, con un –No- bastará. Y, posteriormente, le dejaremos en su camita. Las veces que hagan falta hasta que se tumbe allí. Si repetimos esto varias veces pronto asociará que descanso=camita de perro y no al sofá.

Otro ejemplo podría ser el que no para de mordernos el pantalón. Le decimos igualmente un –No- y le ofrecemos algo que sí que pueda morder. Es un cachorro, debe de morder algo. No le podemos castigar sin morder puesto que pronto encontrará algo para destrozar. Hemos de ofrecerle algo que sí que pueda romper. Pronto nuestro pequeño amiguete asociará que ganas de morder o jugar=juguete o mordedor. Nuestro papel es el de cerrar puertas pero abrir otras. No pensemos que va a dejar de morder, no funcionará. Debe de morder las cosas permitidas pero debe de morder.

                Responsabilidad con el entorno:

Nuestra más clara responsabilidad es para con el entorno. Aquí es donde entran las experiencias de las que tanto me gusta hablar y destacar. El perro ha de ser educado en todas las situaciones posibles que le puedan acontecer en la vida y ha de experimentarlas con nosotros, sus educadores. Hemos de mostrarle el camino de su comportamiento en dichas situaciones. Calmándolo si es necesario, excitándolo si la situación lo requiere, otorgándole paz, desensibilizándolo ante rutinas humanas… todo lo que pueda ver y experimentar en su vida.

Para poder hacer esto correctamente viene el título que debería haber encabezado este artículo.

¿Por qué debo aprender a comunicarme correctamente con mi perro?
Para educarlo.




TODO ESTO Y MUCHO MÁS EN: 



Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana CV-ACC70) 
Tera-Can (Pascual Educación Canina en Alicante). Conoce más sobre el maravilloso mundo canino. Resuelve problemas de conducta y malos hábitos de tu perro simplemente usando sana y natural comunicación canina. Educación Canina y Adiestramiento Canino Alicante. 


jueves, 10 de octubre de 2013

A menudo me encuentro con personas que me dicen que no confían en sus perros. Que ya les han dado muchas oportunidades y que no se han ganado dicha confianza. Muchas veces sucede cuando van a soltarle la correa para que el perro corra libremente en el parque. No se fían de que vuelva puesto que otras veces que lo han hecho no hace caso y corre detrás de otros perros. Yo me pregunto… ¿Realmente el perro sabe que tiene que volver?, ¿Está bien enseñada y es “pura” la llamada? Puede que sea nuestro amigo el que no confíe en nosotros.

Toda acción que le pedimos a nuestro amigo debe de nacer de una buena y sana comunicación. Antes de premiar, castigar u omitir respuesta hemos de tener claro lo que le hemos pedido, lo que está haciendo y si está bien la opción que he tomado.

Analicemos la llamada:
Para poder acertar más con cada una de las personas que lean este artículo voy a desglosar por puntos cada una de las posibles opciones que pudieran suceder cuando llamamos a nuestro perro. Espero así acertar con cada uno de vosotros para poder comprender lo que sucede más correctamente.


1         EL PERRO ESTÁ ENSEÑADO, SABE ACUDIR

1.1   ACUDE SIN PROBLEMAS
1.1.1          LE PREMIAMOS
1.1.2          OMITIMOS RESPUESTA ALGUNA Y NOS MARCHAMOS

1.2   PREFIERE HACER OTRA COSA
1.2.1          ESPERAMOS A QUE SE ABURRA Y ACUDA
1.2.1.1    LE PREMIAMOS CUANDO LLEGA
1.2.1.2    LE CASTIGAMOS CUANDO VIENE POR NO HABERNOS HECHO CASO ANTES
1.2.2          LE PERSEGUIMOS POR TODO EL PARQUE SIN ALCANZARLO

1.2.3          LE PERSEGUIMOS Y LE ALCANZAMOS
1.2.3.1    LE PREMIAMOS
1.2.3.2    LE CASTIGAMOS
1.2.3.3    LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
1.2.4          VAMOS A POR ÉL ENFADADOS Y ESTE ESPERA A QUE LLEGEMOS A SU LADO
1.2.4.1    LE REÑIMOS
1.2.4.2    LE PREMIAMOS
1.2.4.3    SIMPLEMENTE LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
1.2.5          LE ENGAÑAMOS PARA QUE VENGA CON COMIDA
1.2.5.1    LE PREMIAMOS AL VENIR
1.2.5.2    LE REÑIMOS CUANDO ACUDE
1.2.5.3    LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS



2         EL PERRO NO ESTÁ ENSEÑADO, NO SABE LO QUE LE PIDE

2.1   ACUDE SIN PROBLEMAS
2.1.1          LE PREMIAMOS
2.1.2          OMITIMOS RESPUESTA ALGUNA Y NOS MARCHAMOS

2.2   PREFIERE HACER OTRA COSA
2.2.1          ESPERAMOS A QUE SE ABURRA Y ACUDA
2.2.1.1    LE PREMIAMOS CUANDO LLEGA
2.2.1.2    LE CASTIGAMOS CUANDO VIENE POR NO HABERNOS HECHO CASO ANTES
2.2.2          LE PERSEGUIMOS POR TODO EL PARQUE SIN ALCANZARLO
2.2.3          LE PERSEGUIMOS Y LE ALCANZAMOS
2.2.3.1    LE PREMIAMOS
2.2.3.2    LE CASTIGAMOS
2.2.3.3    LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
2.2.4          VAMOS A POR ÉL ENFADADOS Y ESTE ESPERA A QUE LLEGEMOS A SU LADO
2.2.4.1    LE REÑIMOS
2.2.4.2    LE PREMIAMOS
2.2.4.3    SIMPLEMENTE LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
2.2.5          LE ENGAÑAMOS PARA QUE VENGA CON COMIDA
2.2.5.1    LE PREMIAMOS AL VENIR
2.2.5.2    LE REÑIMOS CUANDO ACUDE
2.2.5.3    LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS


1.1.1

Esta sería la mejor opción a tomar. Por mucho que nuestro perro esté enseñado la llamada es la más compleja de las órdenes, por ello hemos de premiarla SIEMPRE. Ya sea con comida, con juego, con unas caricias… ¡con lo que sea!

1.1.2

La omisión de respuesta no es una buena opción a tomar de manera habitual. Si esta forma de pensar es la opción que tomamos siempre comienza lo que llamo “estado de tiranía”. Por mucho que el perro sepa acudir a la llamada hemos de decirle habitualmente lo bien que lo está haciendo. A mi perra de 7 años aún le premio de vez en cuando por hacer sus necesidades fuera de casa, aún llevando toda su vida haciéndolo bien.

1.2.1.1

Es una buena forma de volver a ganarse la confianza del perro. Aún así, si esté enseñado, no es bueno que tengamos que esperar a que haga lo que le apetezca antes de prestarnos atención. Este es un indicativo de que tenemos que prestar más atención al motivo por el cual hace esto. Premiarle más al acudir o saber identificar su lenguaje corporal para llamar su atención antes de que se centre en otra cosa para así, poco a poco, retomar el camino para que acuda al instante.

1.2.1.2

Malísima opción. El perro en realidad ha venido, tarde, sí, pero lo ha hecho. Aunque guardemos dentro frustración hemos de pensar en que si tomamos la opción de regañarle lo único que conseguiremos es perder su confianza por volvernos poco coherentes. Debemos de premiarle para que aumente la frecuencia de veces que acuda cuando le llamemos. Es una fase de educación, no podemos enfadarnos tanto si lo tomamos como ejercicios en lugar de tomárnoslo como faltas de respeto.

1.2.2

Otra malísima opción puesto que a nuestro amigo le resultará de lo más divertido el correr con nosotros. Se lo pasará en grande y quedará reforzada la opción de ponerse a correr cada vez que le llamamos. Estando el perro enseñado no tendría que hacer eso. Esto pone en manifiesto que; o bien no está tan enseñado como pensábamos, o no hemos sido constantes con sus premios al acudir. Recordemos que la educación de nuestro perro es una constante en desarrollo que comienza cuando nace y termina cuando muere. No hay fin de curso ni vacaciones, siempre están aprendiendo para bien o para mal.

1.2.3.1

Esto, como he dicho antes, no debería estar pasando si nuestro perro está enseñado. El premio que le damos ahora nada tiene que ver con la llamada. Lo que estamos haciendo es reforzar el juego que acabáis de terminar, el de la carrera. Insisto, no refuerza en nada la llamada.

1.2.3.2

Esto es lo más incoherente del mundo. El perro nunca entenderá ese castigo, jamás. La confianza de nuestro perro bajara a tan altos niveles que pueden generarle indefensión, miedos o inseguridades hacia nosotros. Le estaríamos castigando por haber jugado y por habérselo pasado bien con nosotros. Le estaríamos diciendo claramente que no somos para nada de fiar.

1.2.3.3

Buena opción estando metidos en el contexto que nos atañe. Aún así, debemos tomarnos muy enserio la opción de retomar la educación de nuestro perro puesto que la estamos perdiendo poco a poco. La llamada va quedando más y más oxidada y llegará a contracondicionarse pronto.

1.2.4

Aquí tenemos un momento grande para retomar la llamada de nuestro perro. Si está esperando a que lleguemos es porque, seguramente, este dubitativo. No deberíamos reñirle, ni llegar a estar junto a él. Lo que deberíamos hacer es animarle a que venga con nosotros estando cerca de esta, digamos a unos 7 metros, agachándonos y dándole confianza con la voz para que se anime a venir – ¡Vamos mí chico, ven!

1.2.4.1

Estaría bien si el perro está distraído y le decimos un ¡NO! Con la intención de retomar su atención. De prestarnos atención deberíamos de animarle a acudir a nosotros. Si lo que hacemos es ir a él para regañarle estaremos perdiendo confianza puesto que el ejercicio de llamada no ha quedado resuelto de forma satisfactoria para nosotros y se está viciando más y más. Pronto perderemos todo aprendizaje de llamada si vamos por este camino. Tomemos medidas.

1.2.4.2

¿Premiarle? Estaría bien si lo que queremos enseñarle es una orden de “quieto a distancia” pero no es lo que nos atañe ahora mismo. Estamos confundiéndonos nosotros y paralelamente a nuestro amigo. Nuestra educación o adiestramiento tiene bastantes lagunas que hemos de solventar.

1.2.4.3

Puedo tomar esta opción como acertada si lo que queremos hacer es marcharnos cuanto antes por llegar tarde a algún sitio pero, educativamente, es un fiasco puesto que no hemos resuelto la situación a nuestro favor y la llamada ha perdido sentido. Cuando tengamos más tiempo deberemos practicar más la llamada de forma correcta para no perderla.

1.2.5.1

Se supone que el perro estaba enseñado… ¡me has engañado! Esta sería una etapa muy temprana del aprendizaje de la llamada. Está bien si estás comenzando a enseñarle pero si se supone que antes acudía sin necesidad de esto algo puede estar funcionando mal. Te recomiendo hacer hincapié de nuevo en enseñarle correctamente la llamada y omitir ese “engaño” puesto que ha quedado en manifiesto que hay temas que abordar.

1.2.5.2

¿Pero qué está pasando aquí? Esta opción es gravísima y nociva al extremo para la confianza de nuestro perro. Primeramente no acude aún estando enseñado, seguidamente tomamos la opción de engañarlo y, finalmente, cuando cae en nuestro engaño le sorprendemos con un castigo. ¿Qué crees que ha aprendido nuestro amigo? La respuesta es obvia, a no confiar en nosotros y a que somos incoherentes con lo que le pedimos. Te recomiendo muy enserio que retomes desde el principio todo el aprendizaje de la llamada de forma correcta para ganarte de nuevo la confianza de tu amigo.

1.2.5.3

Realmente hubiera estado mejor la opción de darle el premio tal como argumento en el desarrollo de dicha opción. Aún así no está del todo mal pero se ha perdido algo de confianza puesto que le has ofrecido algo que no le has dado. Deberías plantearte retomar desde el principio el aprendizaje de la llamada de forma positiva.

2.1.1

¡Muy bien! Es un gran comienzo para que tu perro acuda cada vez con más frecuencia cuando lo llames. Juega con él, móntale fiestas, corre con él, venir cuando le llamas resulta divertidísimo.

2.1.2

Si quieres enseñar a tú perro a acudir, este no es el camino. Acabas de perder una oportunidad de oro para reforzar esa acción. No lo vuelvas a hacer, venir cuando se le llama es muy de agradecer.

2.2.1.1

Buena opción. Pero prueba a llamarle cuando esté acudiendo para que crea que viene por el “ven” en lugar de por decisión propia. Prémiale mucho.

2.2.1.2

Error bastante grave a la vez que frecuente. No puedes reñirle puesto que acudir… ha acudido. Si le hubieras premiado aumentarías la frecuencia de veces que acudirá en el futuro. Así has dado un paso atrás en su aprendizaje de la llamada así como en la confianza que te tiene. No es lógico regañarle por venir, aunque sea tarde.

2.2.2

Otra malísima opción puesto que a nuestro amigo le resultará de lo más divertido el correr con nosotros. Se lo pasará en grande y quedará reforzada la opción de ponerse a correr cada vez que le llamamos.

2.2.3.1

Premiar aquí nada tiene que ver con la llamada. Le estás premiando por haber jugado con él. Está genial si no tenemos en cuenta el hecho del porqué le estás persiguiendo. Si has pasado un momento divertido, eso que os habéis llevado. Te recomiendo que le enseñes mejor la llamada puesto que estos momentos divertidos habrá días que no te parezca tan divertido y cada vez lo hará más y más puesto que le estás enseñando que eso es muy divertido.

2.2.3.2

Mucha incoherencia es lo que hay aquí. Lo que acabas de hacer es reñirle por jugar contigo. Esto trae consigo una pérdida grave de confianza por parte de tu perro. Deberías de plantearte la opción de retomar la educación de tú perro.

2.2.3.3

Buena opción estando metidos en el contexto que nos atañe. Aún así, debemos tomarnos muy enserio la opción de retomar la educación de nuestro perro puesto que la estamos perdiendo poco a poco. La llamada no ha sido enseñada. Tendríamos que prestar más atención en la comunicación con nuestro perro ya que, no nos entendemos bien.

2.2.4

Aquí tenemos un momento grande para enseñar la llamada a nuestro perro. Si está esperando a que lleguemos es porque, seguramente, este dubitativo. No deberíamos reñirle, ni llegar a estar junto a él. Lo que deberíamos hacer es animarle a que venga con nosotros estando cerca de esta, digamos a unos 7 metros, agachándonos y dándole confianza con la voz para que se anime a venir – ¡Vamos mí chico, ven!

2.2.4.1

Estaría bien si el perro está distraído y le decimos un ¡NO! Con la intención de retomar su atención. De prestarnos atención deberíamos de animarle a acudir a nosotros. Es un momento muy bueno para empezar a transmitirle lo que buscamos de él. Si lo que hacemos es ir a él para regañarle estaremos perdiendo confianza puesto que el ejercicio de llamada no ha quedado resuelto de forma satisfactoria para nosotros y se está viciando más y más. Esto trae pérdida de confianza puesto que no somos lógicos con lo que buscamos.

2.2.4.2

¿Premiarle? Estaría bien si lo que queremos enseñarle es una orden de “quieto a distancia” pero no es lo que nos atañe ahora mismo. Estamos confundiéndonos nosotros y paralelamente a nuestro amigo. Si queremos que la cosa funcione hemos de empezar a hacer las cosas bien, no podemos creer que va a acudir si no le hemos enseñado nada.

2.2.4.3

Puedo tomar esta opción como acertada si lo que queremos hacer es marcharnos cuanto antes por llegar tarde a algún sitio pero, educativamente, es un fiasco puesto que no hemos resuelto la situación a nuestro favor y la llamada ha perdido sentido. Cuando tengamos más tiempo deberemos practicar más la llamada de forma correcta para que aprenda bien lo que queremos de él.

2.2.5.1

¡Esto está bien! Estás comenzando a hacer las cosas bien. Refuerza la llamada, haz lo que sea para que termine a tu lado y dale cosas positivas. Esta sería una etapa muy temprana del aprendizaje de la llamada pero, como he dicho antes, vas por buen camino. Debes de saber que no siempre tiene que ser así. Ha de llegar un momento que no necesites engañarle para que acuda. Si vieras que no sabes avanzar hay muchos profesionales que gustosos te ayudarán.

2.2.5.2

¿Pero qué está pasando aquí? Esta opción es gravísima y nociva al extremo para la confianza de nuestro perro. Si le engañamos… por lo menos que sea para que poco a poco aprenda a acudir. ¿Qué crees que ha aprendido de esta forma nuestro amigo? La respuesta es obvia, a no confiar en nosotros y a que somos incoherentes con lo que le pedimos. Acabas de perder mucha confianza a los ojos de tu perro. Esta opción es gravísima.

2.2.5.3

Realmente hubiera estado mejor la opción de darle el premio tal como argumento en el desarrollo de dicha opción. Aún así no está del todo mal pero se ha perdido algo de confianza puesto que le has ofrecido algo que no le has dado. Deberías plantearte enseñar a tu perro correctamente la llamada puesto que no hay mucha comunicación entre vosotros.



TODO ESTO Y MUCHO MÁS EN:





Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana CV-ACC70) 
Tera-Can (Pascual Educación Canina en Alicante). Conoce más sobre el maravilloso mundo canino. Resuelve problemas de conducta y malos hábitos de tu perro simplemente usando sana y natural comunicación canina. Educación Canina y Adiestramiento Canino Alicante. 



martes, 8 de octubre de 2013

El mundo ha cambiado…

La sociedad humana ha pegado un giro bastante notable en tan sólo dos generaciones. Las ciudades crecen más y más. Los pueblos desaparecen poco a poco aguantando únicamente un puñado de ellos. La montaña se abandona quedando únicamente para tiempos vacacionales. La tecnología llega a todas partes. Las personas se abarrotan en las calles de las grandes ciudades del país sin cruzar palabra unos con otros. El teléfono móvil adquiere un fortísimo papel para saciar nuestra necesidad social. Internet nos conecta a la sociedad virtual pero nos desconecta de nuestro verdadero yo y de sus verdaderas necesidades. Beneficio efímero el placebo social tecnológico.

Cien, puede que doscientos e incluso quinientos o mil años no resultan nada evolutivamente hablando. No existe cambio alguno en nuestras necesidades. Por otro lado hay un evidente cambio en la forma de saciar nuestras necesidades. Demasiado cambio en dicho modo de actuar para un perdido Homo Sapiens, más aún para un Canis Lupus Familiaris.

La facilidad de adaptación es una virtud que compartimos con la especie más afín a nosotros del planeta tierra. No por ello es justo que se la impongamos. Tampoco es justo para con nosotros el auto-imponernos el difícil modo de vida contemporáneo, pero al menos nosotros tenemos la opción de elegir nuestro modo de vida libremente, la especie canina carece de dicha libertad.  

Hace algunos años la vida de nuestros compañeros de vida era bastante diferente en muchísimos aspectos, la nuestra también. Tenían una función, un trabajo. Ya fuere reagrupar un rebaño, guardar un granero, acompañar a su dueño por los largos paseos de un poblado a otro… Las correas casi no existían, los cercados tampoco. La selección que se hacía era en función a la forma que tenía el perro de trabajar o se tenía en cuenta la facilidad de comprensión que el perro tenía de las funciones que el dueño le pedía.  Trabajo, inteligencia y afinidad eran las premisas que se adoptaban para seleccionar a perros para la cría. Actualmente la belleza es la principal premisa haciendo de la cría del perro un negocio de moda. Dan lo mismo los problemas de comportamiento que tengan los perros o los problemas morfológicos que posean, si es guapo para el kennel club, les valen para la cría. Hemos pasado de buscar afinidad a buscar un complemento de moda. Por otro lado y fuera del contexto que atañe a este artículo he de decir que cientos de perros aguardan en jaulas de albergues caninos. En dichos albergues podemos buscar lo que antes se buscaba, la afinidad a nosotros como personas y a nuestras formas de ver la vida. Esto es algo que nunca podremos hacer al comprar un cachorro. NO COMPRES,¡ADOPTA!

Tendemos a confundirnos viendo el “darle un trabajo al perro” como una imposición negativa. Muchas veces viene asociado a nuestra forma de ver el trabajo como una obligación impuesta más que como la necesidad que realmente tenemos de hacer algo productivo para la sociedad. Creemos que lo más positivo es “librar” al perro de esa carga y tratarle como un cachorro de por vida sin dejarle madurar ni darle utilidad de trabajo alguna. Esta forma de pensar llega a crear problemas de conducta en nuestros amigos por privarle de algo que ellos consideran necesario. Negarles el sentimiento de satisfacción por la resolución de problemas, la cumplimentación de juegos de inteligencia, o el simple sentimiento que experimentan al encajar en una sociedad, a sus ojos, comprensiblemente organizada.

No es ningún secreto el que el perro pertenece al grupo de animales cazadores sociales, cooperativos. Vamos a pararnos a analizar cada subgrupo.

                -Cazador Social:
El perro necesita a su grupo, a su sociedad, para poder mantenerse con vida. No sabe cazar correctamente de forma autónoma como lo haría un gato o una pantera. Es por ello que el gato desarrolla conductas mucho más autónomas que el perro, este necesita de su sociedad para vivir y no quiere desagradar al grupo, es más, quiere unirlo más y crear fuertes lazos para colaborar en las tareas de supervivencia. Esto es extremadamente importante para comprender el motivo por el cual a un perro se le puede corregir con desaprobación social resultando de lo más efectiva (simplemente sin prestarle atención) mientras que con un gato (más inteligente que el perro) no resultaría efectivo hacerlo de esta forma.
El término cazador lleva implícita la necesidad de caza. Me gusta siempre destacar que los juegos que llevamos a cabo con nuestros perros no los hemos inventado nosotros, lo han inventado ellos. Básicamente los juegos se pueden desglosar en dos tipos:
                               -Juego de caza:
                                               Es dónde el perro persigue y captura una presa, ya sea una pelota, un palo, otro perro o nosotros mismos. El galgo, maestro cazador, juega muchísimo a este juego. Como maestro que es, él actúa de profesor haciendo que el resto de perros le intente cazar puesto que él ya sabe cazar de sobra. Es un líder en ese campo.
                               -El juego de la lucha:
                                               Este juego es importantísimo para inhibir comportamientos agresivos futuros. Es donde se regula la fuerza de la mordida, se aprende a reconocer los límites y se adquiere mucho del lenguaje social canino. El que dos perros jueguen a pelearse (evidentemente sin ser en serio) resulta de lo más positivo para afianzar lazos y comportamientos sociales. Los perros que en su fase de socialización no juegan a esto pueden presentar problemas de comportamiento en el futuro por “no entender las señales del juego” y tomárselas como faltas de respeto creando así peleas innecesarias sin motivo social alguno.

                -Cooperativo:
El perro coopera para conseguir sus objetivos de caza. Es por esta característica por la que en peleas en un parque de perros entre dos perros acaban incorporándose más y más perros para atacar, curiosamente, al perdedor o al más débil de los dos perros enfrentados. Se les activa lo que se llama “actividad cinegética” que hace que se unan para cooperar en una caza.
Esta característica es una virtud que hace al perro cooperador de las personas de forma natural. Unas de las primeras acciones cooperativas que hicimos juntos fue, sin duda, la caza y el pastoreo. El perro que pastorea realmente lo que hace es unir al rebaño como lo haría, en plena naturaleza, antes de abatir al miembro más débil pero sin llegar a hacerlo nunca por prohibición del pastor.

Hemos visto algunas de las necesidades de nuestros amigos, los perros. Sus necesidades no han cambiado. Somos nosotros los que lo hemos hecho. Hemos pasado de trabajar el campo a sentarnos en mesas de despacho para “organizar el mundo” en nuestras mega-ciudades. Hemos creado una compleja sociedad que no nos disgusta del todo por tener una serie de placebos que nos hacen conformarnos.
Un enorme placebo social que adaptamos a nuestra vida son los deportes. Los deportes que más nos llaman la atención estadísticamente son los de caza cooperativa como el fútbol, el baloncesto, el rugby… (Curioso) juegos de equipo que nos hacen sentir emociones de grupo gracias a nuestras neuronas espejo y nos otorgan una fuerte dosis de liberación de adrenalina y de estrés a parte de afianzar el vínculo social con aquellas personas del mismo equipo que nosotros, les conozcamos o no se convierten en amigos momentáneos. Otro ejemplo sería el jugar a videojuegos que nos transportan a un estado más primitivo, videojuegos en el que nos ponemos en la piel de algún aventurero. Nadie juega a organizar el papeleo en videojuegos, juega a algo que necesita consciente o inconscientemente. Gracias a estas cosas somos más felices día a día. Nos funcionan. No por ello hemos de confundirnos en creer que el perro es feliz con nuestros “placebos sociales”, necesita los suyos y no puede crearlos él solo ni podemos pensar que sus amigos caninos del parque se lo darán por nosotros y acabará saciado, no. Vive con nosotros, somos sus compañeros, hemos de ser nosotros también quienes sean parte activa de su vida y sus “placebos”.
Vistas estas necesidades otro punto a destacar es la forma en la que le damos el trabajo al perro. Trabajo no es coger un legón y hacer una zanja kilométrica. En su mundo es correr tras una pelota a la orden de su dueño, perseguir a su compañero de vida y luchar en el suelo de forma placentera, rastrear haciendo caso a su líder para conseguir un objetivo… ¡Está muy bien ese trabajo!

Nuestra obligación como dueños responsables de perros es la de saciar a este de todas sus necesidades para crear un sentimiento de paz y aceptación ambiental en su vida. Hemos de resucitar el alma del perro. Es por ello por lo que hago siempre muchísimo hincapié en jugar con nuestro perro de una forma cooperativa. Darle un trabajo comprensible con un objetivo que desee y transformar ese trabajo en un momento social cooperativo. Hacerle feliz por el sentimiento de alcanzar esas metas comunes.

Hacer tareas comunes con el perro, darle un trabajo, ser comprensibles a sus ojos, hablar el lenguaje de los perros… todo ello irá haciendo que el alma del perro resucite más y más y con ello el vínculo que nos une a la especie canina. Recordemos que los inteligentes somos nosotros y nuestra es la responsabilidad de saciar a nuestros perros. Aún dando todo el esfuerzo en hacer feliz a nuestros perros… lo que ellos nos van a devolver es infinitamente más grande. Les damos un paseo por la montaña y nos devuelven mucho más, nos dan una fuerte terapia antiestrés, nos dan risas, nos dan comunicación, nos dan infinito cariño social… nos dan su vida. Hagamos lo que hagamos siempre estarán por encima. Él nos conecta de nuevo a ese verdadero yo que necesitamos sin saberlo. Es por ello que desde que vi esta frase, me enamoré de ella.

“Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. El será tuyo, fiel y verdadero, hasta el último latido de su corazón. Nos debemos a él para ser dignos de tal devoción”

Prohibido llevarse los móviles al paseo con nuestro perro. Mejor una pelota, un frisbee, o… un palo!!!!

“Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. El será tuyo, fiel y verdadero, hasta el último latido de su corazón. Nos debemos a él para ser dignos de tal devoción”



TODO ESTO Y MUCHO MÁS EN:


Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana CV-ACC70) 

Tera-Can (Pascual Educación Canina en Alicante). Conoce más sobre el maravilloso mundo canino. Resuelve problemas de conducta y malos hábitos de tu perro simplemente usando sana y natural comunicación canina. Educación Canina y Adiestramiento Canino Alicante. 

domingo, 6 de octubre de 2013

Falsos tópicos de perros (Tera-Can Pascual Adiestramiento y Educación canina en Alicante)

Perro Viejo no aprende: 

 Mito que la sociedad se empeña en mantener, por mucho que lo razones con estudios y con pruebas resulta imposible de desmontar por lo extremadamente instaurado que está en la sociedad. El programa televisivo “Cazadores de Mitos” ya trató esté tema y desmontó el mito con una facilidad apabullante.

Cada vez que alguien me dice: -Tengo un perro de seis años, ¿Aprenderá?- Me siento como si a mí personalmente me dijeran que no puedo aprender alemán por tener treinta años. Que se me ha pasado el tiempo de estudiar.

 Al igual que los humanos, los perros pueden aprender durante TODA SU VIDA. Lo único cierto y verdad de este tema es que de los seis a los dieciocho meses de edad son más receptivos y, sobre todo, es dónde se crean los cimientos de las futuras conductas del perro.

 Como profesional en la modificación de conductas caninas he de trabajar en muchos casos de perros que tienen una edad avanzada. Siempre se sale adelante, lo único a tener en cuenta es el tiempo que se lleva desarrollando la conducta a modificas. Resulta más sencillo si lleva realizándola seis meses que si lleva seis años. Aún así, con tiempo y paciencia TODOS los problemas conductuales salen adelante. Por ello resulta fundamental que, si detectamos un problema de comportamiento, acudamos a un profesional lo antes posible para que no se instaure como rutina indeseada. Nos ahorraremos muchos problemas si trabajamos desde la prevención.

 Perro grande en casa no, necesita un campo donde correr y ser feliz: 

La comodidad que ofrece un campo puede hacer que nos acomodemos demasiado y empecemos a dejar de lado nuestras obligaciones de paseo con nuestro amigo. Al tener un terreno tendemos a pensar que el perro es feliz y que puede correr libremente. Si nos paramos a mirar a los perros que viven en terrenos veremos que es completamente falso. Suelen estar en una zona en concreto y salen de ella raras veces. No corren solos jugando de un lado a otros ¿Con quién? Sus amos no interactúan lo mismo que si vivieran bajo el mismo techo, ni mucho menos. Pero aún así seguimos diciendo que el perro es más feliz por estar en un campo…

 Este falso tópico me ha salpicado directamente a mí. Cuando estoy con mis perros en el piso disfruto mil veces más de ellos, interactúo más, paseo y me fijo mucho más en ellos, modifico pequeñas cosas que veo para hacer compañeros perfectos… en cambio, cuando estoy en el campo tiendo a acomodarme demasiado, los primeros días los saco mucho a pasear pero poco a poco voy relajándome y los paseos se terminan por convertir en lanzamientos de pelota y algunos ejercicios dentro de la parcela.

 No creamos que por tener terreno el perro es feliz. El perro tiene más necesidades y la más importante es la necesidad Social; interactuar de forma comprensible, alcanzar objetivos en sociedad, sentirse útil, sentirse comprendido.

 El perro pequeño necesita pasear menos: 

 Tópico extremadamente falso puesto que los perros pequeños son, por causas fisiológicas, más activos que los de mayor tamaño (como norma general).

 Si hay un tópico que acierte sería el de que los perros pequeños son más nerviosos y tienen más probabilidades de desarrollar problemas de conducta asociados a la hiperactividad que un perro de tamaño grande o gigante. Pero… como todos los tópicos, tampoco es fiable. He visto perros pequeños tranquilísimos y dogos con conductas asociadas a la hiperactividad. Al final lo que cuenta, es el individuo.

 Los perros de presa son un peligro andante:

 No voy a entrar en temas de la ley PPP. Lo que sí que voy a decir es que los mejores perros que me he cruzado en mi carrera profesional son perros catalogados como potencialmente peligrosos. Todo es cuestión de la educación que se les dé.

 Una vez más es cuestión de modas. Y de a una persona violenta le gusta tener a un perro de apariencia violenta y con violencia le va a educar aprendiendo el perro a ser violento. Muchísima gente disfruta de la compañía de perros catalogados como potencialmente peligrosos y, ellos mejor que nadie, saben que son extremadamente sociables, cariñosos y buenos. Un tópico más impuesto por cuatro perros víctimas de unos dueños potencialmente irresponsables.

 Los mestizos son más tontos: 

 Otro mito completamente falso, si el pastor alemán es listo y el golden retriever también ¿Qué es un cruce de ambos?

 Como profesional he tratado muchas razas por problemas de conducta que se suponen razas tranquilas; Bóxers tranquilos, Goldens que atacan a los dueños, perros de presa miedosos y traumatizados, yorkshires infernales, bichones atacando a sus dueños, pastores alemanes agresivos y excesivamente sumisos… una vez más, lo que cuenta, es el individuo.

 Si hay que hacer una distinción, el orden correcto sería, Primero individuo, Segundo Grupo de selección humana (pastoreo, guarda, rastro, tiro…), tercero raza.

 Las competiciones caninas de belleza, obediencia, etc. Han creado que, para competir y ganar de forma justa, sea necesario que el rival tenga un perro casi idéntico al tuyo pero que tú le hayas sacado más partido que el resto de participantes. De ahí el que los cruces NO PUEDAN COMPETIR, no poseen patrones similares. No quiere decir que sean menos validos, ni mucho menos. Seguramente muchísimos cruces ganaran competiciones de este tipo pero los perdedores se quejarían diciendo que no es justo el que participe un perro con características diferentes.




TODO ESTO Y MUCHO MÁS EN:



 Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana CV-ACC70) Tera-Can (Pascual Educación Canina en Alicante). Conoce más sobre el maravilloso mundo canino. Resuelve problemas de conducta y malos hábitos de tu perro simplemente usando sana y natural comunicación canina. Educación Canina y Adiestramiento Canino Alicante.