A menudo me encuentro con personas que me dicen que no
confían en sus perros. Que ya les han dado muchas oportunidades y que no se han
ganado dicha confianza. Muchas veces sucede cuando van a soltarle la correa
para que el perro corra libremente en el parque. No se fían de que vuelva
puesto que otras veces que lo han hecho no hace caso y corre detrás de otros
perros. Yo me pregunto… ¿Realmente el perro sabe que tiene que volver?, ¿Está
bien enseñada y es “pura” la llamada? Puede que sea nuestro amigo el que no
confíe en nosotros.
Toda acción que le pedimos a nuestro amigo debe de nacer de
una buena y sana comunicación. Antes de premiar, castigar u omitir respuesta
hemos de tener claro lo que le hemos pedido, lo que está haciendo y si está
bien la opción que he tomado.
Analicemos la llamada:
Para poder acertar más con cada una de las personas que lean
este artículo voy a desglosar por puntos cada una de las posibles opciones que
pudieran suceder cuando llamamos a nuestro perro. Espero así acertar con cada
uno de vosotros para poder comprender lo que sucede más correctamente.
1
EL PERRO ESTÁ ENSEÑADO, SABE ACUDIR
1.1
ACUDE SIN PROBLEMAS
1.1.1
LE PREMIAMOS
1.1.2
OMITIMOS RESPUESTA ALGUNA Y NOS MARCHAMOS
1.2
PREFIERE HACER OTRA COSA
1.2.1
ESPERAMOS A QUE SE ABURRA Y ACUDA
1.2.1.1
LE PREMIAMOS CUANDO LLEGA
1.2.1.2
LE CASTIGAMOS CUANDO VIENE POR NO HABERNOS HECHO
CASO ANTES
1.2.2
LE PERSEGUIMOS POR TODO EL PARQUE SIN ALCANZARLO
1.2.3
LE PERSEGUIMOS Y LE ALCANZAMOS
1.2.3.1
LE PREMIAMOS
1.2.3.2
LE CASTIGAMOS
1.2.3.3
LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
1.2.4
VAMOS A POR ÉL ENFADADOS Y ESTE ESPERA A QUE
LLEGEMOS A SU LADO
1.2.4.1
LE REÑIMOS
1.2.4.2
LE PREMIAMOS
1.2.4.3
SIMPLEMENTE LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
1.2.5
LE ENGAÑAMOS PARA QUE VENGA CON COMIDA
1.2.5.1
LE PREMIAMOS AL VENIR
1.2.5.2
LE REÑIMOS CUANDO ACUDE
1.2.5.3
LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
2
EL PERRO NO ESTÁ ENSEÑADO, NO SABE LO QUE LE
PIDE
2.1
ACUDE SIN PROBLEMAS
2.1.1
LE PREMIAMOS
2.1.2
OMITIMOS RESPUESTA ALGUNA Y NOS MARCHAMOS
2.2
PREFIERE HACER OTRA COSA
2.2.1
ESPERAMOS A QUE SE ABURRA Y ACUDA
2.2.1.1
LE PREMIAMOS CUANDO LLEGA
2.2.1.2
LE CASTIGAMOS CUANDO VIENE POR NO HABERNOS HECHO
CASO ANTES
2.2.2
LE PERSEGUIMOS POR TODO EL PARQUE SIN ALCANZARLO
2.2.3
LE PERSEGUIMOS Y LE ALCANZAMOS
2.2.3.1
LE PREMIAMOS
2.2.3.2
LE CASTIGAMOS
2.2.3.3
LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
2.2.4
VAMOS A POR ÉL ENFADADOS Y ESTE ESPERA A QUE
LLEGEMOS A SU LADO
2.2.4.1
LE REÑIMOS
2.2.4.2
LE PREMIAMOS
2.2.4.3
SIMPLEMENTE LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
2.2.5
LE ENGAÑAMOS PARA QUE VENGA CON COMIDA
2.2.5.1
LE PREMIAMOS AL VENIR
2.2.5.2
LE REÑIMOS CUANDO ACUDE
2.2.5.3
LE ATAMOS Y NOS MARCHAMOS
1.1.1
Esta sería la mejor opción a tomar. Por mucho que nuestro
perro esté enseñado la llamada es la más compleja de las órdenes, por ello
hemos de premiarla SIEMPRE. Ya sea con comida, con juego, con unas caricias…
¡con lo que sea!
1.1.2
La omisión de respuesta no es una buena opción a tomar de
manera habitual. Si esta forma de pensar es la opción que tomamos siempre
comienza lo que llamo “estado de tiranía”. Por mucho que el perro sepa acudir a
la llamada hemos de decirle habitualmente lo bien que lo está haciendo. A mi
perra de 7 años aún le premio de vez en cuando por hacer sus necesidades fuera
de casa, aún llevando toda su vida haciéndolo bien.
1.2.1.1
Es una buena forma de volver a ganarse la confianza del
perro. Aún así, si esté enseñado, no es bueno que tengamos que esperar a que
haga lo que le apetezca antes de prestarnos atención. Este es un indicativo de
que tenemos que prestar más atención al motivo por el cual hace esto. Premiarle
más al acudir o saber identificar su lenguaje corporal para llamar su atención
antes de que se centre en otra cosa para así, poco a poco, retomar el camino
para que acuda al instante.
1.2.1.2
Malísima opción. El perro en realidad ha venido, tarde, sí,
pero lo ha hecho. Aunque guardemos dentro frustración hemos de pensar en que si
tomamos la opción de regañarle lo único que conseguiremos es perder su
confianza por volvernos poco coherentes. Debemos de premiarle para que aumente
la frecuencia de veces que acuda cuando le llamemos. Es una fase de educación,
no podemos enfadarnos tanto si lo tomamos como ejercicios en lugar de
tomárnoslo como faltas de respeto.
1.2.2
Otra malísima opción puesto que a nuestro amigo le resultará
de lo más divertido el correr con nosotros. Se lo pasará en grande y quedará
reforzada la opción de ponerse a correr cada vez que le llamamos. Estando el
perro enseñado no tendría que hacer eso. Esto pone en manifiesto que; o bien no
está tan enseñado como pensábamos, o no hemos sido constantes con sus premios
al acudir. Recordemos que la educación de nuestro perro es una constante en
desarrollo que comienza cuando nace y termina cuando muere. No hay fin de curso
ni vacaciones, siempre están aprendiendo para bien o para mal.
1.2.3.1
Esto, como he dicho antes, no debería estar pasando si
nuestro perro está enseñado. El premio que le damos ahora nada tiene que ver
con la llamada. Lo que estamos haciendo es reforzar el juego que acabáis de
terminar, el de la carrera. Insisto, no refuerza en nada la llamada.
1.2.3.2
Esto es lo más incoherente del mundo. El perro nunca
entenderá ese castigo, jamás. La confianza de nuestro perro bajara a tan altos
niveles que pueden generarle indefensión, miedos o inseguridades hacia
nosotros. Le estaríamos castigando por haber jugado y por habérselo pasado bien
con nosotros. Le estaríamos diciendo claramente que no somos para nada de fiar.
1.2.3.3
Buena opción estando metidos en el contexto que nos atañe.
Aún así, debemos tomarnos muy enserio la opción de retomar la educación de
nuestro perro puesto que la estamos perdiendo poco a poco. La llamada va
quedando más y más oxidada y llegará a contracondicionarse pronto.
1.2.4
Aquí tenemos un momento grande para retomar la llamada de
nuestro perro. Si está esperando a que lleguemos es porque, seguramente, este
dubitativo. No deberíamos reñirle, ni llegar a estar junto a él. Lo que
deberíamos hacer es animarle a que venga con nosotros estando cerca de esta,
digamos a unos 7 metros, agachándonos y dándole confianza con la voz para que
se anime a venir – ¡Vamos mí chico, ven!
1.2.4.1
Estaría bien si el perro está distraído y le decimos un ¡NO!
Con la intención de retomar su atención. De prestarnos atención deberíamos de
animarle a acudir a nosotros. Si lo que hacemos es ir a él para regañarle
estaremos perdiendo confianza puesto que el ejercicio de llamada no ha quedado
resuelto de forma satisfactoria para nosotros y se está viciando más y más.
Pronto perderemos todo aprendizaje de llamada si vamos por este camino. Tomemos
medidas.
1.2.4.2
¿Premiarle? Estaría bien si lo que queremos enseñarle es una
orden de “quieto a distancia” pero no es lo que nos atañe ahora mismo. Estamos
confundiéndonos nosotros y paralelamente a nuestro amigo. Nuestra educación o
adiestramiento tiene bastantes lagunas que hemos de solventar.
1.2.4.3
Puedo tomar esta opción como acertada si lo que queremos
hacer es marcharnos cuanto antes por llegar tarde a algún sitio pero,
educativamente, es un fiasco puesto que no hemos resuelto la situación a nuestro
favor y la llamada ha perdido sentido. Cuando tengamos más tiempo deberemos
practicar más la llamada de forma correcta para no perderla.
1.2.5.1
Se supone que el perro estaba enseñado… ¡me has engañado!
Esta sería una etapa muy temprana del aprendizaje de la llamada. Está bien si
estás comenzando a enseñarle pero si se supone que antes acudía sin necesidad
de esto algo puede estar funcionando mal. Te recomiendo hacer hincapié de nuevo
en enseñarle correctamente la llamada y omitir ese “engaño” puesto que ha
quedado en manifiesto que hay temas que abordar.
1.2.5.2
¿Pero qué está pasando aquí? Esta opción es gravísima y
nociva al extremo para la confianza de nuestro perro. Primeramente no acude aún
estando enseñado, seguidamente tomamos la opción de engañarlo y, finalmente,
cuando cae en nuestro engaño le sorprendemos con un castigo. ¿Qué crees que ha
aprendido nuestro amigo? La respuesta es obvia, a no confiar en nosotros y a
que somos incoherentes con lo que le pedimos. Te recomiendo muy enserio que
retomes desde el principio todo el aprendizaje de la llamada de forma correcta
para ganarte de nuevo la confianza de tu amigo.
1.2.5.3
Realmente hubiera estado mejor la opción de darle el premio
tal como argumento en el desarrollo de dicha opción. Aún así no está del todo
mal pero se ha perdido algo de confianza puesto que le has ofrecido algo que no
le has dado. Deberías plantearte retomar desde el principio el aprendizaje de
la llamada de forma positiva.
2.1.1
¡Muy bien! Es un gran comienzo para que tu perro acuda cada
vez con más frecuencia cuando lo llames. Juega con él, móntale fiestas, corre con
él, venir cuando le llamas resulta divertidísimo.
2.1.2
Si quieres enseñar a tú perro a acudir, este no es el
camino. Acabas de perder una oportunidad de oro para reforzar esa acción. No lo
vuelvas a hacer, venir cuando se le llama es muy de agradecer.
2.2.1.1
Buena opción. Pero prueba a llamarle cuando esté acudiendo
para que crea que viene por el “ven” en lugar de por decisión propia. Prémiale
mucho.
2.2.1.2
Error bastante grave a la vez que frecuente. No puedes
reñirle puesto que acudir… ha acudido. Si le hubieras premiado aumentarías la
frecuencia de veces que acudirá en el futuro. Así has dado un paso atrás en su
aprendizaje de la llamada así como en la confianza que te tiene. No es lógico
regañarle por venir, aunque sea tarde.
2.2.2
Otra malísima opción puesto que a nuestro amigo le resultará
de lo más divertido el correr con nosotros. Se lo pasará en grande y quedará
reforzada la opción de ponerse a correr cada vez que le llamamos.
2.2.3.1
Premiar aquí nada tiene que ver con la llamada. Le estás premiando
por haber jugado con él. Está genial si no tenemos en cuenta el hecho del
porqué le estás persiguiendo. Si has pasado un momento divertido, eso que os
habéis llevado. Te recomiendo que le enseñes mejor la llamada puesto que estos
momentos divertidos habrá días que no te parezca tan divertido y cada vez lo
hará más y más puesto que le estás enseñando que eso es muy divertido.
2.2.3.2
Mucha incoherencia es lo que hay aquí. Lo que acabas de
hacer es reñirle por jugar contigo. Esto trae consigo una pérdida grave de
confianza por parte de tu perro. Deberías de plantearte la opción de retomar la
educación de tú perro.
2.2.3.3
Buena opción estando metidos en el contexto que nos atañe.
Aún así, debemos tomarnos muy enserio la opción de retomar la educación de
nuestro perro puesto que la estamos perdiendo poco a poco. La llamada no ha
sido enseñada. Tendríamos que prestar más atención en la comunicación con
nuestro perro ya que, no nos entendemos bien.
2.2.4
Aquí tenemos un momento grande para enseñar la llamada a
nuestro perro. Si está esperando a que lleguemos es porque, seguramente, este
dubitativo. No deberíamos reñirle, ni llegar a estar junto a él. Lo que
deberíamos hacer es animarle a que venga con nosotros estando cerca de esta,
digamos a unos 7 metros, agachándonos y dándole confianza con la voz para que
se anime a venir – ¡Vamos mí chico, ven!
2.2.4.1
Estaría bien si el perro está distraído y le decimos un ¡NO!
Con la intención de retomar su atención. De prestarnos atención deberíamos de
animarle a acudir a nosotros. Es un momento muy bueno para empezar a
transmitirle lo que buscamos de él. Si lo que hacemos es ir a él para regañarle
estaremos perdiendo confianza puesto que el ejercicio de llamada no ha quedado
resuelto de forma satisfactoria para nosotros y se está viciando más y más.
Esto trae pérdida de confianza puesto que no somos lógicos con lo que buscamos.
2.2.4.2
¿Premiarle? Estaría bien si lo que queremos enseñarle es una
orden de “quieto a distancia” pero no es lo que nos atañe ahora mismo. Estamos
confundiéndonos nosotros y paralelamente a nuestro amigo. Si queremos que la
cosa funcione hemos de empezar a hacer las cosas bien, no podemos creer que va
a acudir si no le hemos enseñado nada.
2.2.4.3
Puedo tomar esta opción como acertada si lo que queremos
hacer es marcharnos cuanto antes por llegar tarde a algún sitio pero,
educativamente, es un fiasco puesto que no hemos resuelto la situación a
nuestro favor y la llamada ha perdido sentido. Cuando tengamos más tiempo
deberemos practicar más la llamada de forma correcta para que aprenda bien lo
que queremos de él.
2.2.5.1
¡Esto está bien! Estás comenzando a hacer las cosas bien.
Refuerza la llamada, haz lo que sea para que termine a tu lado y dale cosas
positivas. Esta sería una etapa muy temprana del aprendizaje de la llamada
pero, como he dicho antes, vas por buen camino. Debes de saber que no siempre
tiene que ser así. Ha de llegar un momento que no necesites engañarle para que
acuda. Si vieras que no sabes avanzar hay muchos profesionales que gustosos te
ayudarán.
2.2.5.2
¿Pero qué está pasando aquí? Esta opción es gravísima y
nociva al extremo para la confianza de nuestro perro. Si le engañamos… por lo
menos que sea para que poco a poco aprenda a acudir. ¿Qué crees que ha
aprendido de esta forma nuestro amigo? La respuesta es obvia, a no confiar en
nosotros y a que somos incoherentes con lo que le pedimos. Acabas de perder
mucha confianza a los ojos de tu perro. Esta opción es gravísima.
2.2.5.3
Realmente hubiera estado mejor la opción de darle el premio
tal como argumento en el desarrollo de dicha opción. Aún así no está del todo
mal pero se ha perdido algo de confianza puesto que le has ofrecido algo que no
le has dado. Deberías plantearte enseñar a tu perro correctamente la llamada
puesto que no hay mucha comunicación entre vosotros.
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