Pascual Educación y Adiestramiento Canino en Alicante

Pascual Educación y Adiestramiento Canino en Alicante

martes, 15 de octubre de 2013

¿Por qué educar al perro?

¿Qué es la educación?

La educación es una constante que se desarrolla desde el nacimiento hasta la muerte de nuestros perros. Comienzan a establecerse rutinas y normas sociales desde la temprana fase de lactancia de los cachorros recién nacidos gracias al fortísimo papel de la madre. Se afianza con las normas de juego entre hermanos de camada. Se ponen en práctica dichas normas de juego entre cachorros con el grupo social de los adultos. Y por último se experimentan las millones de variables de dichas normas durante el resto de la vida del animal.

Muchas veces me sorprende ver como personas esperan a que sus mascotas tengan más de seis meses para comenzar a educar a sus perros. Esta era una idea del adiestramiento “tradicional” que ha quedado manifiestamente obsoleto. La lógica en que se aferraban para establecer esa edad era que, antes de dicha edad, aún no estaba lo suficientemente maduro para comenzar ningún adiestramiento. Algo parecido a no ingresar nosotros, los humanos, en el colegio ni en el instituto por no ser lo suficientemente maduros. Ingresaríamos directamente en la universidad viviendo hasta entonces sin ningún tipo de pauta educativa por parte de nuestros padres.

También cabe destacar que el tipo de adiestramiento que se impartía era el de la “obediencia” (Claramente para concursos de obediencia, no para la vida real), la “defensa civil”, o adiestramientos de perros de trabajo. Todo lo que se impartía en las “academias de formación caninas” era enfocado a hacer que el perro obedezca:

Me tira de la correa… necesita más obediencia.
Salta encima de la gente… eso es porque no te respeta.
Ladra… Te está exigiendo atención.
Ha mordido a otro perro… ya ha probado la sangre, ese perro no es de fiar y deberías sacrificarlo.

No abarcaban posibilidades cómo el estrés, la desesperanza, la incomprensión del entorno, la ansiedad, el miedo, las fobias, la sobreexcitación aprendida, la falta de herramientas y habilidades por parte de los dueños para poder comprender los mensajes  que sus mascotas les transmiten, y un larguísimo etc.

Me centro en esto para intentar desmontar uno de los mitos impuestos a la sociedad sobre la educación de los perros. Antes se afirmaba que no se podía comenzar con la educación de un perro hasta los seis o más meses de edad puesto que lo que se le iba a enseñar era MUY DURO. Se le premiaría por el trabajo bien hecho pero se le castigaría si lo hace mal. Y, casi en la totalidad de las veces, el castigo sería físico y doloso. Por este motivo no tenía cabida antes de los seis meses, puesto que romperían la autoestima del cachorro o, en algunos casos, le propiciarían daños físicos graves. El perro no entraría al colegio, ni al instituto, ni a la universidad. Entraría en una academia paramilitar de la noche a la mañana.


¿Cuándo comenzar?


Como se ha comentado en líneas anteriores, desde que nace. Pero ese papel se lo hemos de dejar a la madre y a los hermanos. Nosotros simplemente hemos de estar cerca para que se acostumbre a la presencia humana y nos vea como parte de la familia/manada. Es importantísimo no romper el curso natural del aprendizaje tanto de improntas como de primeras asociaciones educativas sociales. Es fundamental que le dejemos finalizar esta fase de la socialización junto a su familia/manada biológica. Nos evitará muchos problemas de comportamiento en el futuro y le evitará al cachorro ser víctima de la incomprensión de las normas sociales caninas, pudiendo crear peleas por ser víctimas de dicha incomprensión.

Llegados a este punto me gustaría resaltar que lo que viene a continuación es uno de los motivos por los cuales estoy completamente en contra de la venta de cachorros en grandes almacenes, tiendas de barrio o personas que se hacen llamar criadores buscando un par de pagas extras al año por ser propietarios de perros con “pedigrí”.

Cuando pasamos por el escaparate de la tienda de mascotas del centro comercial vemos un cachorro, una vida. Expuesto cual teléfono móvil, solo, este cachorro se encuentra casi todo el tiempo llorando y rascando desesperadamente el cristal. Nos está transmitiendo una lástima generada por el marketing de venta. Vender por la pena y crear la transmisión empática del -¡llévame a casa contigo!, ¡Estoy triste, sácame de aquí!- Claras técnicas de venta. Lo triste de todo esto es que ese perro debería estar con su madre y con sus hermanos aprendiendo normas sociales, debería estar en lo que, desde nuestra percepción, sería el colegio canino. Ese cachorro no está aprendiendo todo aquello que le va a facilitar la vida el día de mañana. Por el contrario he de decir que nunca se detiene el aprendizaje. Esté el perro jugando con sus hermanos o en una jaula de cristal con periódicos empapadores, siempre está aprendiendo. La diferencia es que nuestro pequeño protagonista lo que está aprendiendo es a vivir rodeado de estrés, a descargar su frustración por la incomprensión del entorno destrozando papeles de periódico o tirando el bebedero de metal. Está aprendiendo a controlar de forma autónoma el estrés y la frustración y… está aprendiendo conductas nocivas que se verán, sin lugar a dudas, reflejadas en edad adulta. Muchísimas veces nos llevamos a un cachorro psicológicamente afectado. Con suerte moldearemos su conducta para que se corrija pero lamentablemente y en la mayoría de los casos, no será así.

Estoy más que curado en espanto de ver perros adultos que un día estuvieron de moda con gravísimos problemas conductuales. Estos son algunos ejemplos:


Carlinos - También llamados perros de la era “Men in Black”. Muchos manifiestan hiperactividad aprendida como herramienta anti-estrés frente por la incomprensión del entorno.

Akitas – También conocidos como “Él de la película de Hachiko, siempre a tú lado”. Muchos presentan agresividad defensiva como herramienta para combatir el temor a lo incomprensible. También desarrollan muchos de ellos conductas agresivas para ganar control del hogar como medio de autoprotección. Ellos piensan que si gobiernan la casa puede que se sientan más seguros frente a lo que hay fuera, lo incomprensible.

Bulldog Francés – El perro de moda con cara humana (redonda en lugar de alargada). Estos poseen muchos problemas de conducta relacionados con hiperactividad a parte de decenas de dificultades morfológicas por el empeño en acortarles el hocico de los “criadores”.

Shar Pei – Fue un gran perro de moda por su llamativa piel tan peculiar. Muchos han desarrollado conductas agresivas como herramienta para enfrentarse a, una vez más, lo incomprensible.

Yorkshire – Perro víctima de su atractivo físico y su apariencia de juguete. No hay más que ver el nombre de las “versiones” más pequeñas “Yorkshire Toy” (Yorkshire Juguete, en castellano). Yo diría que prácticamente el 90% de esta raza desarrolla conductas relacionadas con la hiperactividad cada vez que algo se sale de su “normalidad”.

Bichón Maltés – Una víctimas más de la belleza física. También desarrolla conductas relacionadas con la hiperactividad cuando algo se sale de sus patrones establecidos como normales.

Como podéis observar en estos y de más ejemplos de perros de moda que podáis pensar, todos ellos poseen en común el desarrollo de conductas relacionadas con la hiperactividad. La hiperactividad como conducta es una respuesta ante algo que se les acontece para lo cual no poseen el control. Crea en el perro un estado altamente emocional que desemboca en agresividades defensivas, ladridos descontrolados, trastornos obsesivos compulsivos, miedos, fobias…

Es bien conocido el hecho de que muchos de los perros pequeños, preciosos y de raza no responden bien cuando ven a otro perro acercarse. Les ladran, se protegen en sus dueños… posiblemente estuvieron en los colegios de cristal de esos grandes almacenes de los que hablábamos. Todos estos perros aprendieron a reaccionar frente a lo desconocido con lo único que podían hacer; ponerse nerviosos, destrozar, correr o dar vueltas en una jaula de poco más de su tamaño  pero de un precioso cristal con una llamativa estrella verde con un número en el centro. Este número es el motivo de dicha crueldad, 300€, 200€ o la superoferta del més 150€. Una vez más y, deseoso de plasmar conciencia… ¡No compres, Adopta!

Volviendo al tema que nos atañe. La educación del perro pasa a ser nuestra responsabilidad desde el momento en que este se separa de la madre y termina el aprendizaje con sus hermanos (Más o menos a partir de los tres meses de edad). Es en este momento cuando nuestra figura pasará a tener un papel importante y esto quiere decir que pasamos a tener responsabilidades.


Nuestras responsabilidades sociales:


                Caninas:

                -Tenemos la responsabilidad de presentarle de forma correcta a más perros. Aconsejaría que fueran perros conocidos y equilibrados para que no tengamos incidentes. Hemos de presentarle perros diariamente para que comience a desarrollar las variables de comportamiento social de las que hablábamos anteriormente.

                Humanas:

                -También debemos presentarle personas. Ha de ver la calle y la forma de vida social humana para que se acostumbre a nuestros ajetreos y normas sociales tan incomprensibles a sus ojos. Debe acostumbrarse a nuestras expresiones corporales y a nuestros diferentes tonos de voz.

                Establecimiento de normas:

                -Esta parte es esencial también. Aquí viene la confusión de mucha gente. Normas no es reñir, normas no es gritar, normas no es pelear o discutir. Normas es una serie de comportamientos que se aceptan y otros que no. Pongamos el ejemplo de un cachorro al que no le está permitido subir al sofá. Al cachorro no se le puede gritar, no se le pueden pegar palmadas correctivas (ni al cachorro ni al adulto), no se le puede intimidar, no se le puede rechazar socialmente... Con el cachorro debemos de, simplemente, ser más listos que él. Si se sube al sofá le diremos simplemente un –No- (lenguaje que nos ayudará en el futuro). Debemos de procurar no explicar las cosas, con un –No- bastará. Y, posteriormente, le dejaremos en su camita. Las veces que hagan falta hasta que se tumbe allí. Si repetimos esto varias veces pronto asociará que descanso=camita de perro y no al sofá.

Otro ejemplo podría ser el que no para de mordernos el pantalón. Le decimos igualmente un –No- y le ofrecemos algo que sí que pueda morder. Es un cachorro, debe de morder algo. No le podemos castigar sin morder puesto que pronto encontrará algo para destrozar. Hemos de ofrecerle algo que sí que pueda romper. Pronto nuestro pequeño amiguete asociará que ganas de morder o jugar=juguete o mordedor. Nuestro papel es el de cerrar puertas pero abrir otras. No pensemos que va a dejar de morder, no funcionará. Debe de morder las cosas permitidas pero debe de morder.

                Responsabilidad con el entorno:

Nuestra más clara responsabilidad es para con el entorno. Aquí es donde entran las experiencias de las que tanto me gusta hablar y destacar. El perro ha de ser educado en todas las situaciones posibles que le puedan acontecer en la vida y ha de experimentarlas con nosotros, sus educadores. Hemos de mostrarle el camino de su comportamiento en dichas situaciones. Calmándolo si es necesario, excitándolo si la situación lo requiere, otorgándole paz, desensibilizándolo ante rutinas humanas… todo lo que pueda ver y experimentar en su vida.

Para poder hacer esto correctamente viene el título que debería haber encabezado este artículo.

¿Por qué debo aprender a comunicarme correctamente con mi perro?
Para educarlo.




TODO ESTO Y MUCHO MÁS EN: 



Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana CV-ACC70) 
Tera-Can (Pascual Educación Canina en Alicante). Conoce más sobre el maravilloso mundo canino. Resuelve problemas de conducta y malos hábitos de tu perro simplemente usando sana y natural comunicación canina. Educación Canina y Adiestramiento Canino Alicante. 


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